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Drawing Room Blues

Capítulo 5: Bir çay, lütfen: Boulevard

TURKEY | Wednesday, 12 September 2012 | Views [661]

Ah, Istanbul... Asia y Europa, el Este y el Oeste se mezclan en una misma ciudad. Personalmente, Istanbul fue... un ligero golpe de la realidad, una vuelta de cierta manera al caos de las ciudades que no están gobernadas por la rigidez y el orden europeos. Fue también una ciudad que -lamentablemente- sentí que no conocí nada bien, pero bueno, traté de aprovechar mi tiempo de la mejor manera posible, y hubo varias circunstancias que me dificultaron la tarea.

El problema comenzó con el hecho de que a Istanbul llegué luego de no dormir muy bien en el aeropuerto de Bucarest. Ahí llegué como a las 11:30 PM y mi vuelo salía a eso de las 7 y resto, entonces tuve que medio tratar de dormir mientras cuidaba mis cosas, y los asientos como que estaban maquiavélicamente diseñados para no permitir que la gente se pudiera dormir cómodamente en ellos. Por supuesto, llegué a la ciudad muy cansado, y de feria me costó mucho encontrar mi hostal para la ciudad (pasé perdido como dos horas y media), y bueno, la verdad es que el primer día casi que me lo pasé descansando las barbaridades de ese vuelo y de esa manera que tuve que improvisar para salir de Europa, porque mi tiempo se estaba acabando. Ya en la noche, pues me dirigí a la plaza Sultanahmet y me impresionaron muchísimo mis primeras experiencias en un país musulmán. Debo aclarar que todavía era Ramadán, entonces muchas familias aprovechaba la noche para salir y hacer picnics ya que podían aprovechar la noche para comer, en fin, como que en el día la gente trataba de mantener un perfil bajo, y en la noche la ciudad cobraba vida de una manera bastante particular.

Para el siguiente día, esperaba a Leda, la amiga tica que nos alojó muy amablemente en Holanda, y que había decidido viajar por un buen tiempo por su cuenta también. Casualmente coincidí con ella en Istanbul, entonces la esperé, pues llegaba en la tarde, y ya en la noche salí un poco con ella y vi casi que las mismas cosas que había visto el día anterior. Luego nos fuimos a tomar algo y nos tocó compartir una mesa con unos tipos turcos con los que hablamos un poco, y quienes nos dijeron que no aprendían español porque era un idioma muy complicado.  Irónico...

Ya con Leda establecida en la ciudad, al próximo día nos fuimos a conocer un poco mejor muchas de los lugares más famosos de la ciudad. Primero fuimos a la llamada Blue Mosque, donde Leda tuvo que ajustar un poco su atuendo para poder entrar. Ahí nos quedamos un rato viendo la impresionante arquitectura de la mezquita, y además escuchamos un rato a un tipo que hablaba un poco a los visitantes sobre el Islam. A pesar de mis creencias religiosas (o más bien falta de), pues resultó interesante ver lo que tenían que decir al respecto, y de hecho una de las razones para visitar Turquía (y posteriormente Egipto) era pues conocer un poco mejor la cultura musulmana, que quizás a veces nos pintan de una manera un poco extrema de nuestro lado del charco. Posteriormente fuimos a la famosa Hagia Sophia, donde lamentablemente la entrada era bastante cara, y aunque es un monumento interesante, se supone que es un museo, y a mi juicio podría haber un poco más de explicaciones o qué sé yo, supongo que parte de la idea es que la gente alquile las guías guiadas que ofrecen. Luego de maravillarnos en este grandioso edificio, nos fuimos a perder un rato en el famoso Gran Bazar, donde de momento no caímos en ninguna tentación, aunque aún en mi caso, que siempre llevo como consigna no comprar un carajo porque luego tendré que cargarlo por largos meses, debo admitir que el bazar tiene cierta magia consumista que me hizo querer comprar algunas de las miles de cosas que se ofrecían en las tiendas por ahí.

Luego de un merecido descanso nocturno, nuestros siguiente objetivo era el Palacio Topkapı, un castillo bastante grande que fue por mucho tiempo el centro del poder del imperio otomano, y donde se pueden ver muchas cosas realmente sobresalientes (muchas de ellas, como siempre, no pueden ser fotografiadas), desde impresionantes mosaicos, hasta joyas reales, y por un precio extra, la sección denominada “harem”, que a pesar de que creo que juega un poco con el morbo del público, pues vale la pena para ver las habitaciones un poco más privadas del palacio. Luego de que nos separáramos por un rato para el almuerzo (yo insistía en economía, Leda quería comer algo diferente), nos reencontramos para tomar un paseo en bote por el Bósforo, y fue ahí donde realmente me di una mejor idea de la magnitud de la ciudad. El problema es que como estaba hospedado en Sultanahmet, pues entonces para ir a las atracciones turísticas no tenía que moverme demasiado, y luego en la noche pues me había dado un poco de pereza movilizarme. Gracias a este tour vi que realmente Istanbul es una metrópolis gigante, y me expliqué mejor de donde salía la cifra esa de 14 millones de habitantes en la ciudad. Gracias al tour este, pudimos ver algunos otros edificios bastante bonitos, el único problema es que nos sentamos del lado equivocado del bote, y la guía del tour como que no se preocupaba mucho por su traducción al inglés y le daba más importancia al turco. Para remediar el hecho de que no habíamos salido mucho de Sultanahmet, esa noche decidimos cambiar de horizontes para la noche, e ir a tomarnos unas birras en las cercanías de la plaza Taksim, que nos habían recomendado varias fuentes como para ir a pasar la noche. No buscábamos ir a pegarnos una fiestototota ni clubs ni nada así, sólo nos sentamos a conversar de los más diversos temas con algunas birras... y una música un poco depresiva.

Para el que sería mi último día en Istanbul, había quedado de reunirme con Leda para ir a hacer algunas compras en el bazar. Yo pasé por una agencia de viajes y reservé un tiquete de bus para Ankara, pues ese mismo día partiría hacia la capital turca, no tanto como destino final sino como una parada intermedia antes de llegar a Göreme, en el área de Capadoccia. Por culpa de Leda me sentí algo culpable y finalmente compré un pequeño souvenir que envié a mi familia. El único problema que tuvimos fue que nos costó un poco descifrar que para enviar paquetes teníamos que ir hasta la oficina de correos central, y al final tuve que correr bastante para lograr llegar a tiempo hasta la otogar (estación de buses) para tomar mi bus hasta Ankara. Esa fue la última vez en el viaje que tuve algún contacto en persona con alguien de Costa Rica, me pregunto cuándo será la próxima vez que pase. También temo por la aberración que será de mi español, porque ahora, a fuerza de interactuar con españoles y otros extranjeros, que nunca suelen hablar de Ud., a veces hablo de tú, a veces de vos, y a veces de Ud. Pido de antemano disculpas a mis compatriotas si esto les da una sorpresa la próxima vez que hablemos.

Paseando por el Bósforo.

Paseando por el Bósforo.

Tags: europa, istanbul, leda, turquía

 
 

 

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