Lyon es la tercera
ciudad más grande de Francia, y dada su cercanía con la región de
Ardèche, quise aprovechar para ir a visitar por algunos días.
Afortunadamente, Hélène me hizo el grandísimo favor de hablar con
su hermana, Colette, y su familia me recibió en su casa por unos
días para que pudiera conocer la ciudad. Aunque me sentí bastante
a gusto en la campiña francesa, pues también fue de cierta manera
refrescante volver a una ciudad por unos días... por sólo unos
cuantos.
Para mi primer día,
me levanté un poco tarde y me dirigí al centro de la ciudad, donde
más o menos tenía una idea de los principales must sees. Fui
entonces a la Place Bellecour, al Vieux Lyon, y a la
colina de Fourvière, para ver los lugares más característicos de
la ciudad. Afortunadamente, mientras iba en el funicular hacia
Fourvière, me topé a Jerome, el hijo de los Odasso, quien visitaba
la ciudad con su prometida y sus abuelos. Su abuelo es un lyonnais
de cepa, y entonces me uní a ellos para continuar la visita, que
resultó mucho más provechosa con un guía que había básicamente
vivido toda su vida en la ciudad. Para la noche, Colette y su esposo
muy amablemente me llevaron a cenar a un bouchon lyonnais, que
es uno de los restaurantes típicos de la ciudad. Lyon es
considerada por muchos la verdadera capital gastronómica de Francia,
y esta visita a este restaurante la recordaré como una de las
mayores hartadas que me haya pegado en todo el viaje, aunque
lamentablemente el plato principal no fue tan bueno como yo esperaba,
pero bueno, la verdad igual disfruté la cena bastante.
Para mi segundo día
traté de conocer un poco los lugares que había descuidado en el
primero, y además me fui a hacer algunas compras que ocupaba hacer.
También en la tarde quedé de acuerdo de ver a Noëlie, una sobrina
de Hélène, quién me mostró un parque bastante bonito que no había
conocido, y con la que conversé sobre bastantes temas mientras
improvisábamos un picnic. Ya en la noche, nos reunimos con el resto
de la familia para ir por un helado.
Al día siguiente
tenía la oportunidad de ir a conocer un poco más, pero me di por
satisfecho con mi visita y me quedé en la casa de Colette hasta que
fue hora de volver a Ardèche, donde me esperaba un poco de trabajo
extra para los siguientes días para compensar estas pequeñas
vacaciones que tomé.
Nota: la secuencia
de los posts se rompió un poco con este. Para aclarar, esta
visita fue entre el 9 y 11 de julio, y luego regresé a la finca por
otro rato, pero como estamos con el propósito de recuperar tiempo
perdido, decidí hacer sólo un post para mi estadía en Ardèche.
Disculpas por cualquier confusión que esto cause.