El tube
es una máquina gigantesca e incansable, que traga gente, tiempo,
periódicos y libras esterlinas. Si bien es cierto ya en París
habíamos estado usando el metro, en Londres el transporte
subterráneo terminó por gustarnos más, sobre todo por algunos
detalles de poca importancia, como que en el tube
sí anunciaban cuál era la parada final del servicio, cosa que
empezamos a valorar tras un ligero mal entendido cuando nos dirigimos
al aeropuerto Charles De Gaulle en París. A pesar de ser más un
medio que un fin, ciertamente el tube nos
impresionó, y hasta el momento lleva el premio al mejor sistema de
transporte que hemos usado.
Al
llegar a Londres también tuvimos la suerte de ser recibidos por un
tico, bueno, una tica en este caso, que, como Fabián, nos recibió
con una gran amabilidad. En este caso, la que nos recibió fue
Viviana, la hermana del mismo carajo Manfred Aguilar que mencioné en
la historia pasada, y que tuvo que aguantarme como unos 3 años
cuando por motivos de cercanía de la residencia Aguilar con el
colegio, su hogar pasó a ser como una segunda casa para mí. ¡Vivi
incluso nos fue a recoger al aeropuerto! Además de Viviana, también
pudimos compartir con Steve, su novio, que nos preparó cenas, té, y
con el que tuvimos interesantes conversaciones, él ansioso por
descifrar un poco más Costa Rica, y nosotros curiosos sobre algunos
detalles particulares de la vida inglesa. Un día después pudimos
conocer a Amanda, una enérgica amiga de Viviana y Steve qué también
habló con nosotros de la vida, de Londres, de Nepal, y practicó
también su español con nosotros... hasta que se apagaba
repentinamente, anunciaba que era hora de dormir, y decía buenas
noches. Todos ellos se encargaron de agregarle una dosis de
camaradería y amistad a nuestros días londinenses que les
agradecemos profundamente. Los lugares quedan en las fotos, pero
compartir así con la gente deja cierta satisfacción que se guarda
de una manera más viva en la memoria.
Pero
bueno, para hablar de cosas más turísticas, pues pudimos hacer el
circuito de sightseeing de
Londres el primer día, y logramos ver el Palacio de Buckingham, el
Westminster Abbey, el Big Ben, el Tower Bridge y básicamente todos
esos lugares típicos en el primer día. A pesar de ser una ciudad
muy cara, la ventaja que tuvimos en Londres es que la mayoría de
“atracciones” eran gratis, incluidos los museos, y por eso el
segundo día aprovechamos para conocer un par de museos londinenses,
donde mi hermana se deleitó a lo grande jugando con los jueguitos
para niños del Museo de Historia Natural, y yo por fin pude ver la
piedra Rosetta, que busqué como loco en el Louvre, porque según yo
estaba ahí. Para rematar, el tercer y final día cambiamos un poco
de tono y fuimos a Cambridge, ciudad universitaria donde grandes
eminencias de la humanidad han hecho importantes estudios y
descubrimientos, y que transmite un extraño sentimiento de paz y
tranquilidad, sobre todo después de venir del caos de Londres. Debo
admitir que cuando estuve en Cambridge ver a todos esos estudiantes
en sus bicicletas me hizo recordar mis épocas de estudiante con algo
de romanticismo, esa época donde no tenía que ir a trabajar, me
levantaba a la hora que quería, y disponía de mi tiempo casi que a
mi antojo... y luego recordé que quizás de todo no debería
quejarme justo ahora. Mi peregrinaje a Oxford por razones
pseudoreligiosas decidí dejarlo para mi próximo viaje al Reino
Unido.
Como
estuvimos menos tiempo en Londres, pues con aún más razón quedamos
un poco con ese deseo de haber podido tener un poco más de tiempo
para conocer más. Personalmente, si revisamos la lista de
atracciones cliché, pues creo que vimos la mayoría, no obstante,
Londres me dejó la sensación de que lo mejor no son los castillos y
esos edificios tan impresionantes, sino su diario trajín, el montón
de cosas que están pasando constantemente, y vivir en una ciudad que
de cierta manera sigue siendo el centro del mundo (idealmente con el
dinero suficiente para poder disfrutarla en su plenitud). En fin,
habrá que volver en alguna otra ocasión para ver si estaba o no en
lo cierto, de momento, un vuelo muy temprano al día siguiente nos
tomó a nuestro siguiente destino: Lisboa, Portugal.
PD:
Para los que han preguntado, en este momento me encuentro en Roma,
Italia. El wireless en los hostales suele ser pésimo, por cierto, entonces eso no ayuda a que actualice más rápido :(