Sábado 8 de septiembre. Los trámites fueron mas tardados por dos cosas, una que no contratamos el servicio de las personas que te ayudan en todo el proceso pero te cobran por hacerlo; y otra porque lo tuvieron a Gustavo como 1 hora interrogándolo (cómo sustentaba su viaje, de donde era, que hacía, etc, etc). Yo de mientras me comí unos pistachos deliciosos ya que por esa zona se producen y se los encuentra frescos y a buen precio. Cuando lo dejaron pasar seguimos camino sin saber a dónde pasaríamos la noche. El destino final era Copán, para ir a las ruinas de Copán, pero sabíamos que no llegaríamos ese día. Al pasar por la ciudad capital de Tegucigalpa miramos en el celu de Gus el gps y planeamos llegar hasta la ciudad de Comayagua.
La vegetación era de muchos pinos sembrados y montañas medianas. Las carreteras están en excelente estado, son prácticamente nuevas. Llegamos a Comayagua a eso de las 7pm. Preguntamos en varios hoteles porque todo nos parecía caro hasta que dimos con uno de precio razonable. Como no habíamos almorzado salimos a picar unas pupusas que son típicas de Honduras y un helado muy rico de pistacho. Al volver al hotel nos bañamos y miramos una película de Minguito. De mientras, yo me acordaba de que a esa misma hora en Argentina se estaba casando mi amiga Itatí y no había podido asistir a ese evento tan lindo.
Domingo 9 de setiembre. Al despertar, Gustavo descubrió que tenía una garrapata agarrada a su pierna !!! se la arrancó de un saque, se le cayó al piso y la perdimos. Pero, cuando terminó de bañarse, la tenía de nuevo chupándole la sangre. Ahora sí la guardó bien y luego la mató. Compré unos panes en un almacén del barrio y desayunamos en el lobby del hotel con el café que nos daban. El señor del almacén me preguntó de donde era, y cuando le respondí de Argentina me dijo: Ahh, usted habla perfecto español…
Hicimos el ritual de siempre de cargar todo en la moto y salimos. Pasamos por la plaza principal a tomar unas fotos de la iglesia que además de ser muy linda tiene una de las campanas más viejas de América. El camino siguió siendo de plantaciones de pinos, la carretera subía y bajaba conforme a las montañas que íbamos pasando y disfrutábamos del paisaje de valles con poblados que se veían desde lejos. Pasamos por el pueblo de Esperanza porque en una guía de viajero había leído que era un pueblo colonial en la sierra que tenía un mercado bueno. La fórmula perfecta pensé cuando lo leí. Cautivó mi expectativa y por suerte pudimos pasar. Dicho y hecho, era un pueblo entre montañas con calles de adoquín, casas de adobe, iglesias antiguas, indígenas y aire de pueblo. Dejamos la moto estacionada con todo cargado y fuimos al mercado. Se me antojó un tamal e hice hasta que lo conseguí y tomamos un helado de la misma marca que el de la noche anterior, pero éste no estaba tan rico. Continuamos rodando. Unos 10km antes de llegar a Copán con los últimos rayos de sol se largó una lluvia intensa. Paramos a cargar gasolina mientras esperábamos que afloje un poco y llegamos finalmente al pueblo de Copán a eso de las 6pm. Al entrar al pueblo luego de pasar un puente había en la calle aproximadamente medio metro de agua por la lluvia que recientemente había caído. Así que me bajé y Gustavo maniobró solo la moto. Después de pasar ese obstáculo había una calle bastante empinada de piedra que por el agua que bajaba se pone resbalosa. Una vez pasadas las pruebas nos alojamos en el hostel En la manzana verde
http://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g292022-d1924959-r140321293-Hostal_La_Manzana_Verde-Copan_Copan_Department.html
Fuimos al supermercado a comprar comida, cocinamos en el hostel, comimos y nos quedamos en un sofá de la galería escuchando la lluvia y conversando.
Lunes 10 de septiembre. Nos despertamos temprano, preparamos desayuno y salimos hacia Copán ruinas. Parecía que iba a llover porque estaba nublado, pero nos dijeron que en esa época del año las lluvias eran después del mediodía casi siempre. Caminamos hasta el parque, compramos los tickets y empezamos por el museo para introducirnos en la cultura Maya que reinaba por esa zona de Honduras. El museo tiene muchas piezas de gran valor y en general las ruinas se distinguen del resto de las ciudades maya por el detalle en sus esculturas en piedra de la zona.
Una vez terminado el recorrido pasamos a las ruinas sin haber contratado guía. Lo que mas me gustó fueron las estelas, los árboles que crecen naturalmente por sobre las construcciones milenarias y la escalinata d los jeroglíficos. A la salida vimos varios quetzales que es el ave nacional y sagrada por los mayas. Regresamos caminando al pueblo y fuimos a almorzar al mercado. Luego nos regresamos al hostel y nos quedamos el resto del día ahí disfrutando de las instalaciones.
Martes 11 de septiembre. Preparamos el desayuno que hicimos, cargamos la moto y salimos rumbo a la frontera con Guatemala que queda bien cerca de Copán, a una media hora de viaje. El papeleo en la parte de salida de Honduras estuvo tranquilo.