¿Qué pasa cuando vamos a la playa? ¿Qué estamos buscando al ir?
Claro, dependerá de muchos factores, como la edad, con quienes vamos, por cuánto tiempo y a qué destino.
Pero en sí, creo que tienen un factor común que es el vaciarse de todo lo que vamos acumulando en nuestra vida cotidiana. En la playa podemos poner nuestra mente en blanco de muchas maneras, y lograr el tan esperado desconecte que trae renovación de energías.
Habiendo hecho esta introducción ahora puedo hablarles del destino que me tocó conocer en mis últimas vacaciones. Antes que nada déjenme comentarles cómo fue que llegué ahí. En un viaje a Guadalajara en que me alojé por medio de Couchsurfing con un chico de Torreón, estando en una reunión multinacional, hablaron de San Pancho (San Francisco). Como toda viajera, que aprende a parar la oreja cuando escucha ciertos términos que sabe que son de su interés, grabé el nombre. Lo siguiente fue buscarlo en internet e informarme. Al ver las fotos y reseñas, cada vez me daban más ganas de conocer ese lugar. Ahora bien, lo cierto es que Nayarit queda bastante lejos de la Ciudad de México, por lo que tendría que esperar para ir unas vacaciones de varios días. Al proponerle a mi novio este lugar, del cual él no había escuchado siendo mexicano, confió en mi criterio y fuimos para allá.
Desde la Ciudad de México son unas 10hs aproximadamente. Y en casetas o peajes fueron unos $1100 que pagamos. Salimos a las 7 de la mañana y llegamos casi a las 19hs luego de haber parado entre ir al baño, cargar gasolina y comer sólo 2 veces.
Desde un principio nos gustó, se notaba que era un pueblo pequeño, la mayoría de la gente iba caminando por la única calle principal, y en general los restaurantes y tiendas no eran de cadena sino de gente que con amor los creó. Preguntando llegamos hasta el único camping que hay frente a la playa. Hablamos con el dueño y nos dijo que nos quedáramos donde pudiéramos ya que estaba casi lleno. Ya nos habían dicho que el pueblo era chico y que la demanda de hoteles y alojamientos era superada, y lo confirmamos al salir a dar una vuelta a ver si encontrábamos una habitación pero nada, todo repleto.
San Francisco (así se llama, aunque los que lo visitan prefieren decirle cariñosamente San Pancho), está muy cerca de Sayulita, el destino playero más conocido y un poco más desarrollado del estado de Nayarit. Junto con Bucerías, Punta Mita, Lo de Marcos, Los Ayala, Rincón de Guayabitos, Sayulita y Chacala conforman la Riviera Nayarit, destino turístico frecuentado por mexicanos del centro norte del país, y por mucho turismo estadounidense y canadiense que tiene casas y pasan unos meses de vacaciones con su familia.
Volviendo a San Pancho, se caracteriza por ser un lugar relajado, donde los perros no llevan correa, se puede tomar cerveza por la calle o la playa, se puede acampar sobre la playa y donde la gente poco usa vehículos para trasladarse. Se nota y luego lo confirmamos, que es uno de esos lugares que muchos extranjeros eligen para vivir por unos meses al año, unos años de su vida, o ir cada vez que pueden.
La oferta gastronómica es sencilla pero variada. Están los paradores de lugareños que cocinan la pesca del día como mero, róbalo, marlín, camarón y ostión entre otras variedades. Además de restaurantes de pizza, carne, pastas, ensaladas y comida mexicana.
Durante el día es realmente muy tranquilo, si bien hay gente en la playa no está atascada y afortunadamente no hay tantos vendedores ambulantes. Y las noches también, hay unos bares pero realmente la oferta nocturna no apunta a antros y bares hasta la madrugada. En todo caso se podría decir que la mayor movida nocturna está en la playa con fogatas y guitarras.
Otra de las características del lugar es que hay varias galerías de arte (especialmente huichol) y el centro comunitario Entre Amigos ofrece actividades tanto para residentes como para turistas siendo muchas de ellas gratuitas. Hay biblioteca, imparten talleres para niños de computación, inglés, cocina y arte; y para los adultos dan costura, serigrafía, arte y también inglés y computación. El centro hace mucho hincapié en la cultura del reciclaje e incluso hacen objetos reciclados que venden en su tienda.
Respecto de los atractivos, la excursión imperdible de la región son las islas Marietas, tres islas protegidas de la caza y pesca que hace que abunden tortugas marinas, mantarrayas, pulpos, delfines salvajes, ballenas jorobadas entre otros. Son también hábitat de aves, destacándose el alcatraz patiazul. El punto más conocido y visitado de las islas es playa escondida, a la cual sólo se puede llegar nadando unos minutos desde las embarcaciones que deben quedarse a cierta distancia para conservar el lugar. El punto mas cercano desde donde se pueden tomar las lanchas que hacen este tour es Punta Mita.
Muy recomendable también es hacer el avistamiento de ballenas grises y jorobadas que llegan entre diciembre a marzo desde Alaska para dar a luz.
Además hay oferta de surf, buceo, snorkeling, paseo a caballo, canopy, golf y avistamiento de aves.
Para concluir los invito a que conozcan este naturalmente hermoso y tranquilo destino, con el consejo de que reserven hotel con bastante anticipación para que no terminen durmiendo en la playa como nosotros. Aun así, fue una grata experiencia haber conocido al querido San Pancho, su buena vibra, su gente cálida y su estilo relajado al cual extrañamos y queremos volver.
