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Sentir el viento

Viajando en moto por Latinoamérica. 5º país: COLOMBIA

COLOMBIA | Tuesday, 4 December 2012 | Views [2316]

Martes 10 de julio. El trámite en la frontera nos llevó lo normal, 1,30hs aproximadamente. Nos encontramos nuevamente a Gabriella la italiana que habíamos conocido en Montañita. Varias personas nos habían recomendado ir a la iglesia de Las Lajas, que quedaba de camino hacia Pasto. Estábamos con tiempo así que aprovechamos a pasar y conocer esta  hermosa iglesia que fue construida sobre un cañón.  Al terminar el paseo nos fuimos hasta Pasto. Allí nos esperaba Darío, un motociclista conocido de Gustavo. Nos alojamos en la casa de sus papás.

Miércoles 11 de julio. Por la mañana salimos con Darío a dar una vuelta por el centro de la ciudad. Nos mostró las iglesias, la vista del volcán que está en actividad permanente y el predio donde se realiza el carnaval. Al mediodía regresamos a la casa para almorzar con la familia. Por la tarde fuimos con David, el hermano de Darío a dar una vuelta por el mercado. Por la noche fuimos a la casa de los papás de la esposa de Darío a ver el partido de fútbol entre Pasto e Independiente de Santa Fe de Bogotá que jugaban la primera final del campeonato de primera división.

Jueves 12 de julio. Salimos de Pasto con destino Cali. El camino hermoso, con ríos, abundante vegetación, mucho calor y mucha presencia militar. Luego nos enteraríamos que los conflictos con la guerrilla en el Valle del Cauca siguen activos. Llegamos a Popayán a eso de las 4pm con intenciones de solo saludar al Gato, otro motociclista conocido de Gustavo por facebook, y continuar camino. Llegamos al taller "Moto racing"

http://www.facebook.com/motoracing.popayan?fref=ts

que es del Gato y su socio, allí conversamos sobre el viaje y las motos (Gato tiene igual una V-strom 650). Luego mientras almorzábamos nos convenció de que nos quedáramos una noche en su casa así podíamos conocer la ciudad que era pintoresca. Y la verdad es que no nos costó mucho aceptar porque mientras habíamos estado dando unas vueltas buscando el taller de motos del Gato habíamos podido ver que el centro histórico era bien interesante. Después fuimos a su casa a alojarnos. Nos bañamos y volvimos a ir para el taller para dar una vuelta por el centro histórico. Fuimos al "pueblito Patojo" que es una representación de Popayán en miniatura, además de cafés y tiendas de compras. Popayán tiene varias universidades que lo hacen una ciudad pequeña pero con activa vida tanto diurna como nocturna con jóvenes universitarios en parques, bares, discotecas. Visitamos algunas de las muchas iglesias que tiene y al terminar fuimos a buscar a su mujer y su hija para cenar.

Viernes 13 de julio. Desayunamos el rico desayuno que nos preparó la mujer del Gato en su casa y fuimos a buscar la moto que se había quedado en Moto Racing para que la lavaran. De ahí fuimos a comprar el seguro de la moto por un mes gracias a que el Gato nos había averiguado con un conocido para poder comprarlo sólo por un mes y no por tres meses como nos habían dicho. Salimos rumbo a Cali a las 10,30am aproximadamente. Llegamos a eso de las 3pm. Llamamos por teléfono a Henry, otro motociclista conocido de Gustavo. Él estaba en el trabajo por lo que lo tuvimos que esperar hasta las 6pm que saliera y nos buscara. Nos quedamos en un centro comercial, almorzamos, miramos a la meca de las cirugías plásticas, hasta que vino Henry y la madre de su hijo a buscarnos. Nos llevaron hasta su departamento, nos instalamos, tomamos unas cervezas, y luego fuimos a la casa de los papás de Henry a cenar. Conocimos a su familia, su hijo Henry Jr. de un año, toda gente muy buena y hospitalaria. Regresamos al departamento a dormir.

Sabado 14 de julio. Henry tenía que trabajar por lo que quedamos en vernos más tarde. Desayunamos en el departamento y miramos un documental sobre Pablo Escobar que habíamos comprado en Popayán. Salimos a las calle a eso de la 1pm. Nos tomamos el tren para el centro. Muchos de los museos estaban cerrados contrariamente a lo que se supone que tendría que ser para fomentar el turismo, por lo que finalmente fuimos al Museo del oro, donde se expone arqueología encontrada, y cuentan algo de la historia de la región. Pasamos por un centro cultural que exponía por la tarde una película ganadora del oscar a la mejor película extranjera. Después pasamos mucho tiempo caminando buscando un lugar donde almorzar: o era comida chatarra, o muy cara, hasta que terminamos en un centro comercial donde cada uno almorzó lo que tenía ganas. Decidimos que iríamos a ver la película iraní "La separación", en el centro cultural por el que habíamos pasado. Estuvo buena. De ahí fuimos hasta una de las calles del centro donde se concentran gran cantidad de bares, salsotecas, restaurantes y salas de juego. Gustavo y yo tomamos unas cervezas en un barcito con mesas en la calle mientras esperábamos que vinieran Henry y su mujer. Cuando llegaron tomamos una cerveza más y nos fuimos a una salsoteca cubana también por ese barrio. Pedimos ron con coca, bailamos salsa, charlamos, nos divertimos. Al salir de ahí Henry nos llevó a una localidad que está muy cerca de las afueras de Cali donde las leyes son más permisivas y hay muchas discos que están abiertas hasta más tarde, como las 6am. Pero nosotros ya estábamos cansados por lo que dimos una vuelta en carro y nos regresamos al departamento a dormir.

Domingo 15 de julio. Nos levantaron temprano porque querían ir a ver a Henry Jr. que había quedado a pasar la noche con sus abuelos. Fuimos a la casa de los papás de Henry, desayunamos arepas con café y estuvimos conversando con la familia de Henry que son muy simpáticos y hospitalarios. Almorzamos una menuda comida con sancocho con yuca, choclo, pollo, aguacate y arroz. Acompañados con jugo de lulo y  de postre plátano. Al rato salimos a pasear por la ciudad, primero fuimos a un mirador de toda la ciudad donde hay un cristo, nos subimos a un caballo de la policia, Henry nos invitó para que probáramos obleas rellenas de leche condensada y panela. Seguimos el recorrido en el barrio San Antonio que es un barrio que conserva sus casas coloniales con tejas en los techos, y hay muchos hostales, bares, artesanías, artistas, etc. Fuimos a la iglesia de San Antonio, había un espectáculo callejero, gente en la lomita disfrutando de la linda tarde, y muchos puestos de comida y bebida. Seguimos con el tour gastronómico con Henry invitándonos a que probáramos Champus que es una bebida espesa a base de maíz. El maratón fue hasta un puesto callejero donde preparaban Cholado, que es nieve, salsa de sabores, fruta, leche condensada y galleta de vainilla. Estábamos muy llenos de tanta comida, pero aún nos quedaba festejar el cumpleaños del papá de Henry, por lo que fuimos a la casa de sus papás y soplamos las velitas con pastel y jugo de tomate de árbol. Regresamos al departamento y Gustavo se quedó charlando con Henry mientras yo usaba internet.

Lunes 16 de julio. Nos despedimos de Henry y emprendimos para el eje cafetero. Almorzamos en Armenia, y le seguimos dando hasta Salento. El camino hasta Salento es espectacularmente bello, lleno de vegetación, carretera con curvas, bajadas, ríos y clima agradable durante todo el año por lo que nos dijeron. Salento es un pueblo de los más lindos que he visto en este viaje, captura la esencia de Colombia, con sus fincas de colores, el verde de la naturaleza por doquier, la hospitalidad y gracia de su gente y un ambiente relajado de un pueblo que vive del turismo. Fuimos al mirador que hay desde donde se ve el Parque de cocora. Después de haber contemplado semejante paisaje que reconforta el alma recorrimos las calles del pueblo y nos encontramos a una pareja ella argentina él australiano pero viven en Chile y tienen un negocio de renta de motocicletas BMW. Nos pasaron el dato de la embarcación en la que ellos harían el cruce hacia Panamá (Yacht Independence tel (507) 67436542 o (507) 3116880880) el cual cobra aproximadamente usd 400 por persona mas usd 500 por la moto.

Seguimos nuestro paseo yendo a buscar alojamiento en unos campings más cerca del parque que nos había recomendado Henry. Armamos la carpa en un restaurant que tiene un predio que da al parque de cocora, desde donde podíamos divisar las palmeras y las montañas. Habíamos comprado unas provisiones en el pueblo, así que cuando comenzó a oscurecer prendimos fuego, hicimos una ensalada y nos quedamos mirando las estrellas por un lado, y una tormenta con rayos que se iba acercando por otro. En el predio solo estábamos nosotros y los cuidadores por lo que teníamos el espectáculo de la naturaleza en función privada. Hasta que nos cayeron las primeras gotas en la cara y nos metimos en la carpa.

Martes 17 de julio. Desayunamos en el camping, armamos la moto y con la moto cargada fuimos al Parque Nacional del Café. Una gran decepción. Puede ser que no nos hayamos informado bien sobre lo que era, o que Gustavo había leído en una guía de viajeros y no me dijo o no le entendí, la cosa es que el parque es como disneylandia con temática de café y la entrada sale 18.000 pesos Colombianos lo cual no es barato. Nosotros teníamos expectativas de ir a lo que luego nos enteramos es una finca, donde te muestran el proceso del café en vivo, desde la siembra, cosecha, proceso para obtener el producto final y algo de cómo degustar un buen café. Al entrar nos subimos en la telesilla que te lleva hasta la plaza central, caminamos hasta donde iban a dar un espectáculo de marionetas para niños, lo vimos, y al terminar fuimos caminando para ver el espectáculo central que consiste en bailes típicos. La cosa es que el despliegue era muy grande en cuanto a vestuario, luces y sonido, pero las coreografías eran adaptadas al ballet, lo que nos pareció poco auténtico de la cultura colombiana. Al terminar hicimos un recorrido por las plantaciones de café donde están las diferentes variedades de plantas del mundo, y pasamos por una representación de una típica finca cafetera que por la decoración y ambientación fe una de las pocas cosas que me gustó. Por último fuimos al museo donde explica el proceso del café, pero es todo mediante maquetas y carteles. Al salir del parque hacía muchísimo calor pero igual quería pasar por un lugar donde por la mañana había visto que servían café con maquinas antiguas. Ese café estuvo exquisito. Salimos con la moto rumbo a Bogotá, sabíamos que no llegaríamos ese mismo día, pero al menos queríamos avanzar. El camino nuevamente hermoso, lleno de vegetación, con cafetales por todas partes. Llegamos a Manizales y nos alojamos en el hostel "Mountain house Manizales"

http://www.tripadvisor.com.ar/ShowUserReviews-g652402-d2038113-r134724843-Mountain_House_Manizales-Manizales_Caldas_Department.html

Fuimos al supermercado, cocinamos unas quesadillas y miramos televisión en la tele enorme del living del hostel y usamos internet.

Miércoles 18 de juio. Salimos con rumbo a Bogotá. Llegamos a eso de las 4pm, Gustavo llamó por teléfono a su amigo Andrés con quien nos quedaríamos en su departamento del barrio Chapinero. Lo esperamos en el Parque de los hippies hasta las 6,30pm a que él saliera del trabajo y pudiera recibirnos. Estuvimos hablando en su departamento con grandes ventanales a la ciudad. Y luego nos fuimos a un bar por cervezas que quedaba en el mismo Chapinero.

Jueves 19 de julio. Desayunamos en el departamento, nos bañamos y salimos a caminar por la ciudad. Andrés nos había hablado mucho de la movida under, de los graffities, por lo que salimos atentos a captar esa onda de la ciudad. Fuimos caminando por la carrera 7 hacia el centro de la ciudad, en el camino nos encontramos músicos callejeros, fiel reflejo de la intensa cultura musical de Colombia. Seguimos hasta el Museo Botero, que es de entrada gratuita y es muy bueno. Luego de eso almorzamos y nos regresamos al departamento caminando igual por la carrera 7. Quisimos ir al museo del oro que dicen es muy bueno pero ya era tarde para ingresar. En el departamento estaba Andrés, esperamos a que viniera una amiga y nos fuimos a hacer ronda de bares por Chapinero. Terminamos en una disco donde hacían graffities espontáneos. Yo me emborrache y nos volvimos al departamento a dormir.

Viernes 20 de julio. Andrés tenía vuelo a Medellín y nosotros nos pasamos a la casa de Sergio y Verónica, amigos mexicanos de Gus. De todas maneras entre que nos levantamos y combatimos la resaca con desayuno y acomodamos las cosas llegamos al departamento de los amigos de Gus a la tardecita. Allí nos quedamos conversando en su living, conociendo a sus dos hijos y pidieron unas alitas de pollo para picar. Yo que todavía estaba con resaca me fui a dormir temprano y Gus se quedó platicando con sus amigos.

Sábado 21 de julio. Desayunamos y nos quedamos hablando hasta el mediodía cuando nos fuimos a almorzar a “Andrés carne de res”, en la localidad de Chia que es a pocos kilómetros de la ciudad capital. Es un restaurant muy famoso en donde además de tener gran variedad de comidas tienen una decoración muy particular y muchas actividades para realizar. En nuestro caso como fuimos al sector para niños porque fuimos con los hijos de Sergio y Vero había para los más pequeños payasos, teatro en vivo, carpintería, les pintaban la cara, pintaban en tempera. Pero claro que todo esto se paga porque los precios están bien caros, algo de 45.000 cada plato sin bebida. Por la tardecita nos dejaron con el auto cerca como para que nos pudiéramos tomar un taxi, y Gustavo y yo fuimos a ver teatro de improvisación en vivo que nos había recomendado Andrés. Fuimos al Club del tropel, donde hacen una especie de reality donde dos parejas de actores amateur compiten con un duelo para pasar a la siguiente etapa. El presentador que es todo un personaje en si interactúa con el público para poner las temáticas en base a las cuales las parejas tendrán que improvisar sus actuaciones y la eliminación se elije con los aplausos del público.  Volvimos en taxi a dormir al departamento.

Domingo 22 de julio. Desayunamos con la familia y a eso de las 11am salimos con rumbo a la ciudad de Medellín. Teníamos muchas expectativas puestas en esta ciudad donde por años fue el centro del narcotráfico de la mano de Pablo Escobar. Mucho nos habían hablado los colombianos que habíamos conocido, habíamos visto el documental que compramos y además en ese preciso momento en Colombia estaban dando en la televisión una serie “Pablo Escobar, el patrón del mal” sobre la vida y obra de Pablo Escobar y sus secuaces. Nos alojamos en el hostel Casa Kiwi

http://www.tripadvisor.com.mx/ShowUserReviews-g297478-d1202127-r135389441-Casa_Kiwi_Hostel_Medellin-Medellin_Antioquia_Department.html

Esa noche cocinamos algo, estuvimos en internet y a dormir.

Lunes 23 de julio. Desayunamos, Gus se quedó viendo unas cosas en internet y yo salí a recorrer la ciudad. Me tomé el metro hasta la estación Acevedo desde donde tomé el metrocable. Quería subir hasta una reserva ecológica que hay en la última parada del metrocable, pero ese día estaba cerrada por mantenimiento. De todas maneras como había ido hasta allí me subí y fui hasta lo más alto que pude. Es muy bonito porque desde ahí se puede divisar toda la ciudad y además barrios de estrato social bajos a los cuales uno no se atrevería a acceder de a pie y entonces desde el metrocable se pueden apreciar bien. El metrocable es un medio de transporte público mediante el que la gente que vive en esos barrios se transporta habitualmente. Volví a tomar el metro sin volver a pagar porque nunca salí realmente del complejo del metro, y me dirigí hasta la estación Parque Berrio. Bajé, la plaza tenía un ambiente algo pesado pese incluso a que era de día pero enseguida seguí camino hasta la Plaza Botero donde el artista, oriundo de esa ciudad, donó muchas esculturas de bronce que están al aire libre donde todo el mundo las puede apreciar y embellecen la ciudad. Luego caminé por la calle peatonal, tampoco había un muy lindo clima entre la gente, había prostitutas frente a una iglesia, pero yo me mantuve caminando tranquila. Almorcé y luego estaba viendo de entrar al museo de Botero pero era muy cara la entrada para mí y ya había visto bastante del artista en forma gratuita. Caminé hasta un parque donde tienen una zona donde se camina con los pies descalzos. Para regresarme al hostel tomé el metro. La noche anterior había quedado con mi mama para hablar por skype, por lo que estuve 2hs hablando con mi familia. Esa noche salimos a dar una vuelta por el barrio entre La Florida y El Poblado, donde hay activa actividad nocturna, con muchos bares, restaurantes, discos. 

Martes 24 de julio. Desayunamos y fuimos con la moto hasta un taller mecánico que nos había recomendado un amigo de Gustavo donde dejar la moto. Dejamos la moto y tomamos el metro hasta el Parque Explora, muy recomendable

http://www.tripadvisor.com.mx/ShowUserReviews-g297478-d2197433-r137435769-Parque_Explora-Medellin_Antioquia_Department.html

Queda cercano a la zona de los hospitales, cuando salimos almorzamos y luego nos regresamos al hostel. A la noche nos quedamos en el hostel hablando con gente del hostel.

Miércoles 25 de julio. Desayunamos y nos tomamos el metro para ir al planetario

http://www.tripadvisor.com.mx/ShowUserReviews-g297478-d650873-r137433479-Planetario_de_Medellin-Medellin_Antioquia_Department.html

Al salir compramos comida y fuimos a un parque cercano al planetario a comer. Luego regresamos al hostel, esa noche un huésped español preparó una comida muy rica para todos.

Jueves 26 de julio. Bien temprano en la mañana fui al cajero del banco Davivienda y resultó ser que no me dio ni el ticket ni dinero, desesperada entré a la sucursal para que me dieran el dinero que necesitaba, pero no me dieron solución. Fui hasta el HSBC más cercano que es el banco con el que opero, volví a sacar plata y me asesoré sobre lo que tenía que hacer. Mi desesperación era porque sabía que nos íbamos a embarcar hacia Panamá e íbamos a pasar varios días incomunicados. Después de eso volví al hostel, cargamos la moto y salimos con demora para Turbo. En esa zona también hay conflictos entre la guerrilla y la policía por lo que hay activa presencia policial en las rutas. Al final como a las 5pm decidimos que haríamos noche ya que no llegaríamos a Turbo y así fue como paramos en Dabeiba. Almorzamos algo y fuimos a los bomberos voluntarios a ver si nos podían alojar. Amablemente nos dijeron que podíamos armar la carpa en un club que quedaba pegado a los bomberos. Mientras estábamos descargando las cosas de la moto muchos chicos pequeños se nos acercaron a hablar con nosotros. Luego fuimos a la plaza del pueblo donde estaban jugando fútbol femenino y cuando terminó nos acercamos a donde estaban jugando voley. Comenzamos a hablar con un grupo de chicos entre 12 a 17 años que también se acercaron y terminamos siendo como 15 personas hablando sobre nuestro viaje, sobre Colombia y sus costumbres en ese pueblo.

Viernes 27 de julio. Desayunamos en el pueblo y salimos. Llegamos a Turbo a eso de las 2pm. Pasamos por la estación de bomberos voluntarios a averiguar por Nila y José, una pareja de argentinos con los que habíamos estado en contacto porque al igual que nosotros estaban por hacer el cruce. Pero como nosotros nos habíamos demorado el día anterior con el inconveniente que tuve en el banco y salimos más tarde y por ende tuvimos que pasar la noche en Dabeiba, para cuando llegamos ellos habían salido en un barco a las 4am. Amablemente el cuerpo de bomberos nos dijo que de necesitar podíamos pasar la noche allí.

Siendo que al salir de San Jerónimo Norte, Argentina, no sabíamos cómo llegaríamos a México desde Colombia, barajando las posibilidades de mandar la moto en barco desde Cartagena (Colombia) hasta Vera Cruz (México) e ir nosotros en avión, sobre todo porque Gustavo ya había hecho Centroamérica bajando de ida, finalmente decidimos volver a hacer el cruce del tapón de Darién por mar y volver a hacer centroamérica en la moto mas que nada por mí que no conocía. 

Este episodio del cruce, por ser tan importante en el viaje y difícil, lo incluiré también dentro de un artículo individual que se llama "Cruce marítimo en moto tramo desde Turbo-Colombia hasta Miramar-Panamá".

http://journals.worldnomads.com/loloberlin/story/89702/Ecuador/Cruce-mar%C3%ADtimo-en-moto-tramo-desde-Turbo-Colombia-hasta-Miramar-Panam%C3%A1

Básicamente la información es la misma pero es más específico y concreto con información de precios y maneras de moverse para aquellas personas que quieran hacer el cruce.

Fuimos al puerto a buscar barco para cruzar. Después de 3hs de idas y vueltas viendo si podíamos conseguir un permiso para poder ahorrarnos el ticket de 55.000 pesos colombianos cada uno de nosotros dos para ir hasta Capurganá en una lancha comercial, desistimos de la idea de poder salir de Turbo en el mismo barco que la moto. Parece ser que bajo ningún concepto puede haber gente que no pertenezca a la tripulación; y que al salir controlan y mucho. Rápido fuimos a subir la moto al barco luego de pagar los 150.000 pesos colombianos que logramos reducir de los 300.000 iniciales que nos pidieron. Más los 20.000 y un refresco de 2.000 que "tuvimos" que pagarles a los que nos consiguieron el barco y "ayudaron" a subir la moto al barco. Fuimos al cuartel de bomberos a dormir para despertarnos a las 5,30am y estar a las 6am para comprar el ticket de la lancha que salía a las 8am. Dejamos algo de equipaje en el barco, pero otro tanto lo llevamos con nosotros.

Para ir hasta el cuartel de bomberos nos tomamos una moto que hacía de taxi. Yo llevaba el bolso seco de la moto en mis espaldas como de mochila y apoyado como podía en la  moto. Habíamos hecho apenas unas cuadras y yo empecé a sentir que el bolso se me iba para un lado. Lo trataba de acomodar y sostener con las manos pero con lo pesado que estaba me costaba mucho. Llegó un punto en que no sabía si decirle al chico que me llevaba que pare o que la caída al piso era inminente. Justo en ese momento veo el cuartel de bomberos que asomaba a la distancia, así que me esforcé por recorrer esos metros. Pero al llegar que estacionó la moto e intentar bajarme el bolso hizo resistencia con su peso y caí al piso en un segundo. Los bomberos corrieron a socorrerme pero por suerte no me pasó nada. En fin, la anécdota es graciosa porque por suerte  salió bien y no me caí a mitad de camino.

Sábado 28 de julio. Tomamos la lancha a las 8am. Permitían 10kg por persona, y nosotros teníamos mucho más que eso, por lo que le pedí a una familia que se subiría a la misma lancha y tenía poco equipaje si podía pasarnos dos bolsos para no tener que pagar por el exceso de equipaje. El viaje duró unas 2,30hs hasta Capurganá. Nos habían dicho que era recomendable sentarse en la parte trasera de la lancha ya que en la parte delantera salta por las olas. De todas maneras no me imaginaba que iba a ser de tal magnitud, sobre todo por la bestialidad del que manejaba la lancha que no tuvo ningún reparo en ir más lento y que la lancha no golpeara tanto contra las olas. Al principio fue gracioso, saltar, gritar, que nos mojáramos un poco, pero después de un largo rato golpeándonos empezó a ser dolor.

Llegamos a Capurganá cerca del mediodía. Creímos conveniente seguir viaje, a quedarnos en Capurganá, ya que de quedarnos teníamos que pagar una panga (lancha pequeña) para bajar y acercar la moto desde el barco que no se podía acercar al muelle porque no había suficiente profundidad, hasta tierra en Capurganá. O, conseguir una panga a donde bajar la moto y seguir avanzando.

 

 

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