Nuestro último destino en Camboya está en el sureste del país, muy cerca de la frontera con Vietnam, y se llama Kampot.
Como bien dice la Lonely Planet, este pueblo no es un sitio para venir y hacer, sino para venir y sentir. No puedo explicar bien a bien qué es lo que hace tan encantador a Kampot, pero creo que como nos pasó a nosotros, siempre terminas quedándote más días aquí de los que tenías planeados. El pueblo es agradable, situado a orillas de un río que hace parecer que la vida va despacio. No es difícil encontrar un buen hospedaje, pues casi todos los hostales están en la llamada "guesthouse street"; la comida es deliciosa y barata; todas las noches puedes tomar uno o varios batidos de frutas en alguno de los puestos de la "fruitshake street" y puedes explorar los alrededores en motocicleta o en alguno de los tours que se ofrecen por todo el pueblo.
Nosotros optamos por un viaje organizado de un día en tuk-tuk, donde compartimos transporte con una pareja de Francia. El día no pudo haber ido mejor, nuestros compañeros eran súper amigables, nuestro conductor y guía era muy parlanchín y gracioso, el clima estuvo estupendo y nos encantó todo lo que vimos. Visitamos los campos de sal donde trabajan los agricultores cuando no se cultiva el arroz, fuimos a un pueblito de pescadores musulmanes y a una cueva situada dentro de una montaña que ofrecía unas vistas súper chulas, vimos sembradíos de arroz en todo su verdor y fuimos a los sembradíos de la famosa pimienta de Kampot.
Se dice que en los tiempos de la colonización francesa ningún restaurante en París podía llamarse bueno si carecía en sus mesas de pimienta procedente de Kampot.
Y no sólo aprendimos cómo son los sembradíos de pimienta, sino que supimos que la pimienta verde, negra, roja y blanca son la misma, sólo que una es tierna y recién cortada, la negra es la verde pero secada al sol, la roja es pimienta madura también seca, mientras que la blanca es sólo la semilla que hay dentro de la pimienta roja.
Como todo el mundo sabe, la pimienta es un ingrediente principal en la cocina, y se usa muchísimo en la comida camboyana. Una de las delicias que probamos en la última parada de nuestro tour fue el cangrejo a la pimienta, un platillo típico de la ciudad costera de Kep. Miguel se comió dos cangrejos y yo dos más, y quedamos tan llenos que ya no quisimos meternos al mar esa tarde, pero como dicen: panza llena, corazón contento =)
