Después de nuestra visita a la famosa cueva de Kong Lor nuestro siguiente destino era Pakse, pero desde Ban Nahin se tenía que ir primero a Tha Khaek. Dado que nuestra visita a la cueva comenzó muy temprano, ya estábamos de vuelta en nuestra guesthouse a la hora de comer, pero habíamos pensado quedarnos una noche más, ya que en la parada del autobús decía que el único horario para ir a Tha Khaek era a las 8am. Sin embargo, el sonriente dueño de nuestro hotel nos explicó en su austero inglés que había sawngthaews (camionetas con dos tablones adaptados a modo de asiento que se usan como taxi para varios pasajeros) que podrían llevarnos. Justo terminaba de explicarnos esto cuando pasó uno por la calle a toda máquina, así que el hombre le gritó para que parara por nosotros, nos esperó para que fuéramos por las maletas y nos llevó hasta la intersección con la carretera nacional.
Nos hicieron tontos, capítulo 1 --> Nos dijeron que teníamos que pagar 6 euros por este primer tramo de 1 hora de duración. Ingenuamente asumimos que 6 euros por cabeza, por lo que Miguel le entregó lo equivalente a 12 euros, y el hombre tan ancho dijo que estaba bien (nos enteramos del precio real unas cuantas horas después).
Aprendizaje 1 --> siempre asume que el precio que te dan es por los dos, y luego de que te reclamen y trates de negociar un poco, pagas lo demás.
En la intersección de la carretera había ya otro sawngthaew esperando por los pasajeros que iban a Tha Khaek, así que subimos con ellos y llegamos a nuestro destino después de 4 incómodas horas con poco espacio para las piernas, puesto que llovió y tuvimos que bajar las maletas del techo y llevarlas con nosotros, y con el trasero más plano que la tabla donde íbamos sentados. Afortunadamente esta vez el conductor fue claro y nos dijo que el trayecto costaba 3 euros por cada uno. ¿Dónde está la lógica? ¿1 hora de trayecto cuesta igual que 4 horas? Sí, simplemente aquí no aplica la lógica, por lo menos no la nuestra...
El problema fue que el conductor nos dejó en quién sabe qué lugar de la ciudad y no había nadie que hablara inglés para que nos explicara un poco. Para acabarla, ya había oscurecido, así que no eran buenas horas para ponernos a explorar con las mochilas a cuestas. Le dije el nombre de un hotel de la guía a uno de los conductores de tuk-tuk que se acercó a nosotros y asintió con la cabeza, dijo que 1 euro por los dos y el precio nos pareció justo. Y aquí viene el capítulo 2:
Nos volvieron a hacer tontos --> El hotel que seleccionamos estaba a sólo cinco minutos andando desde la estación, osea, un suspiro y medio en tuk-tuk. Qué bonitos nos vimos pagando un euro por darle sólo la vuelta a la calle!
Menos mal que el hotel estaba bien, teníamos un baño privado con dimensiones tan grandes que nos recordaban el baño de los gimnasios, y dormimos muy bien después de un día muy ajetreado.