Hace más de una década los mochileros hablaban de un sitio escondido lejos de todo, donde no había llegado la energía eléctrica y al que sólo se podía acceder en barca desde Nong Khiaw. La voz se fue pasando y este lugar se fue haciendo más y más famoso y todos los viajeros buscaban este punto en el mapa (tipo la peli de LA PLAYA de DiCaprio). Y ahora resulta que no has estado en Laos si no has estado en Muang Ngoi Neua.
Afortunadamente para los habitantes de este pueblo ribereño y desafortunadamente para los que buscaban aquel lugar desconectado del mundo, con tiempo lento y la grandeza de una sola calle terrosa, Muang Ngoi ya tiene luz las 24 horas del día, hay más guesthouses que casas de habitantes, los restaurantes ofrecen buffet de "all you can eat for 20000 kips (2 euros)" y llegas a notar en la actitud de mucha gente que ya están hasta las narices de tanto turista.
En fin, que visto lo visto y después de pasar una tarde de verdadero miedo dentro de nuestra cabañita de base de madera con paredes de bambú mientras afuera caían rayos y más rayos que auguraban una gran tormenta eléctrica, afuera el viento soplaba como demonio levantando todo el polvo, tumbando sillas y mesas de plástico y casi llevándose las hamacas, Miguel me preguntaba: "¿Es posible que aquí se forme un ciclón?"... No duramos más de una noche y al día siguiente tomamos el bote de vuelta a Nong Khiaw, donde nosotros encontramos el paraíso que muchos encontraron (y siguen encontrando, por qué no?) en Muang Ngoi Neua.
