Entre las islas del Golfo de Tailandia y el Mar de Andamán hicimos una parada en el Parque Nacional Khao Sok para ver un poco de jungla. Para ello, compramos un billete combinado que incluía el bote desde Ko Samui hasta Surat Thani y minivan hasta Khao Sok. El dato que omitieron al vendernos el ticket: al llegar al puerto de Surat Thani te llevaban en un autobús a una "estación" situada a las afueras de la ciudad donde había sólo un restaurante (¿negocio familiar?), te hacían esperar una hora y media y luego te llevaban en una minivan hasta la estación oficial donde, ahora sí, nos subimos a la minivan que nos llevó al Parque.
Aquí aprendimos que fuera de los "negocios familiares", los thais normalmente no te timan mucho aunque seas turista. Un hombre nos llevó en su coche hasta el centro de información turística (a 2km de donde nos dejó la minivan) y nos ofrecía hospedaje a muy buen precio (menos de 10 euros) y el pack de aventura típico que se oferta en Khao Sok (rafting, kayak, dormir en una cabaña sobre el lago, visitar unas cuevas, trekking...) a unos 50 por persona. Yo, desconfiada como siempre, dije que no porque pensé que era un timo. Pues no, el precio era el mismo en todos lados y al final pagamos un poco más por un hospedaje en una cabaña con un ratón, una rana en el WC y unas cuantas salamanquesas...
Finalmente decidimos hacer trekking por nuestra cuenta y pasar de las demás actividades de aventura, y fue bastante bien. Vimos varios ejemplares de aves, muchas lagartijas, un lagarto de mayor tamaño, insectos miles, y monos!!! Sí, dos gibones y una familia entera de macacos. Desafortunadamente, estos meses son los más secos y calurosos en Tailandia, por lo que las cascadas no llevan mucha agua y no asombran demasiado.
Y dejando atrás tierra firme de nuevo después de varias horas de autobús, llegamos a la gran isla de Phuket y luego visitamos la fantástica Ko Phi Phi, nuestra isla preferida de Tailandia.