Después de una semana de pedidos por internet y otras compras llegó el gran día, justo después del día del padre. Emocionados y emotivos al mismo tiempo despedimos el sol espléndido de Elche para dirigirnos a Dusseldof, que sorprendentemente para ser marzo nada que envidiar al solecito ilicitano. Sin saberlo previamente (ya que a la hora de comprar el billete sólo vimos que fuera barato) tuvimos tiempo suficiente para ver el centro de esta encantadora ciudad alemana, donde tuvimos tiempo para comer y pasear un poco.
El segundo tránsito fue en Abu Dabi, desde el avión pudimos observar una ciudad futurística, donde las casas se apilaban de manera circundante como en una película de Start Trek.
Finalmente, después de un poquito más de 24 horas y habiendo pasado 6 husos horarios nos encontrabamos en Bangkok. Ahora sí comenzaba el tan esperado viaje por el sureste asiático...