No me levanté para el dawn patrol porque sinceramente no estaba en el itinerario y no sabía que saldrían. Pero Aixa y yo hicimos las fotos apuradas y ella las entregó, con la excusa que tenía sick leave. Hoy Aixa amaneció mejor, pero decidió quedarse en el hotel. Yo me fui con el grupo a Vedado, a ver y fotografiar unas casonas de los 20, como esas que hay en Ponce. Igual que en puertorro, si las personas no tienen dinero, las casas se deterioran sin arreglos. Estas personas abren sus casas para videos o fotografías, son personas mayores que han mantenido sus hogares con los muebles de antaño. Qué mucho recordé las casas de titi Mina! Luego los chicos fueron al Hotel Riviera, el de la mafia cubana, pero yo me regresé al hotel. Aixa parece que se pudo encontrar por fin con Fefé, una amiga de Vivian, porque cuando llegué no la encontré de cama como en los últimos días. Decidí que ya era hora de subir las historias que he ido escribiendo por acá, así que me senté en el lobby. Tuve que comprar otra tarjeta de internet, porque Aixa se llevó la mía y no me la devolvió. Es mediodía, así que luego les cuento el resto del día, el último!
Fefé llegó al hotel y comió con Aixa, así que cuando regresaron, ella nos llevó a una librería que venden libros en pesos nacionales. Para que tengan una idea, un dólar es como 23 pesos nacionales. Compramos como 8 libros, y pagamos unos 54 pesos! Luego nos fuimos a su casa, y compartimos con ella parte de la historia de su familia. Fefé es hija de un poeta cubano, Eliseo Diego. Vimos fotos de su familia de 1885! Qué suerte mantener esa historia viva. Una tarjeta de su abuela decía: aquí estaba cuando estalló la Primera Guerra Mundial! Convencí a su gatito de que me dejara acariciarlo y luego nos fuimos caminando a tomar un taxi. En el camino nos topamos con Copelia, la heladería de Fresa y chocolate, así que, por supuesto, me comí un helado de chocolate. Rico! El domingo habíamos visto las filas que daban vuelta a la cuadra.
Por la noche nos encontramos con el grupo en Fototeca para una presentación de fotos del grupo y luego comer frente a la Catedral. A la presentación llegó un grupo de veterinarios que andan en labor humanitaria para operar y ayudar a los animales de la Habana que, por cierto, están en la quilla.
Una vez en el hotel, a empacar para el regreso.
