Llegué a Sydney desde
Canberra, la capital de Australia, y era la primera vez que estaría sola en esa
ciudad -que dicho sea de paso, amo con toda mi alma. Estaba tan entusiasmada!!
Busqué en internet backpackers donde alojar y, por amarrete, no me quise quedar
en el lugar que todos me recomendaron: YHA – Base Backpackers. Por qué?? Porque
costaba AU$38 dólares la noche. En cambio, había encontrado, vía on line, un
''lindo'' lugar que por sólo $22 la noche me permitía alojar en pleno King's
Cross. Me darían desayuno gratis (se suponía que la cocina estaría abierta a
eso de las 7am), tenía sala de TV, y se veía bien decente. Sin embargo, la
realidad era otra.
Aquel día terminé de trabajar a las
2pm. Mi maleta se encontraba prácticamente lista y estaba esperándome a un
costado de mi cama. Mi papi australiano me fue a dejar a la estación de buses y
yo, expectante y emocionada, partí rumbo a una de las ciudades más lindas de
todas: Sydney. Y no sólo sería la primera vez que estaría solita en aquel
lugar, sino que también era la primera vez que me quedaría a dormir en un
hostel.
Todos mis amigos se
preocuparon mucho cuando les conté dónde me quedaría. "King's Crossssss!?!?!"
Me decían con cara de preocupación. "Sí, que tiene de malo?" les
respondía yo... "Bueno, aparte de las prostitutas, drogas y alcohol que
corre en ese lugar... nada..." . "Ah, que cuáticos, no debe ser para
tanto", me trataba de auto consolar, bajándole el perfil al asunto. Pero
sospechaba que no había sido una muy buena decisión quedarme en ese lugar. Es
que King’s Cross es el barrio ROJO de Sydney. Pero no vayan a pensar que todo
Sydney es así, oh, no!!! Es sólo ese barrio, y apenas una cuadra o un poquito
más...
"Mira, yo no
te puedo dar una opinión porque nunca he alojado allí, pero dos amigos
estadounidenses durmieron en ese sector, en un hostel, y no les gustó para
nada". "Por qué?", le pregunté a mi amigo. "Porque afuera
de su hostel mataron a alguien". "QUEEEEEEEEEEEEEEE!?!?!?!?",
grité, exasperada ante la tranquilidad de mi amigo. "Bueno, no murió, pero
le sacaron la..." . Vaya, gracias de todos modos, qué consuelo.
Pero no me quedaba otra. Las reservaciones estaba hechas, supuestamente por dos noches. Mi mamá australiana me pagó con su tarjeta Visa, por dos noches, haciendo el booking on line. Yo no estaba dispuesta a pagar de nuevo por otro lugar. Porque para mí este país es muy caro, independientemente que trabaje aquí y reciba mi sueldo en dólares. Aún mantengo la mala costumbre de traspasar todos los precios a pesos chilenos. Dammit! A King's Cross llegaría bien tarde, a eso de las 10.00 - 10.30pm. El problema era que la recepción del hostel estaría abierta hasta las 9.00pm. Entonces antes de partir de Canberra llamé a la recepcionista, le expliqué mi problema (no podía tomar ningún bus antes de las 6pm) por lo que ella me dijo: "No te preocupes, Carolina, te esperaré". Good.
Me bajé del bus en la Central Station, tomé el metro (que es exasperadamente lento) y, finalmente, llegué a King's Cross. Debía encontrar el número X en Darlinghurst Street. Seguramente la cara de ? se me notaba a lo lejos, ya que uno de los funcionarios del metro me dijo: "Confundida?". "Ehhhhhhhhhhh, un poco. Busco el número X de Darlinghurts Street". "Ah, pero si es aquí, mira, sales y dobla a la derecha. Eso es todo". Y eso hice. Pero había un pequeño problema. Él se equivocó y realmente debía haber doblado a la izquierda. Porque al haber caminado varias cuadras me di cuenta que me estaba iendo hacia el número Y en vez de X. Me estaba alejando y alejando, y el panorama se iba poniendo no muy bueno que digamos. Es que me salió gente muy rara en el camino y yo, sinceramente, no estoy acostumbrada a ver a ese tipo de personas. Porque en Chile evito esa clase de lugares. Bueno, qué le iba a hacer! Cuando ya había aceptado que me estaba iendo hacía el lugar incorrecto, me afligí, porque ya era muy tarde, y no podía encontrar el maldito lugar. Hasta que por fin llegé al X 1/2, por lo que al lado de ese restaurant debía estar el famoso hostel.
"X, X, X, dónde estás?". Les juro que no se encontraba por ninguna parte. Yo no estaba buscando el Hotel Crowne Plaza ni el Four Seasons, pero sí un lugar al menos decente, con una vitrina, un cartel bonito que dijera "&*&*&* Backpackers". Pero nada. Vuelvo a preguntar, esta vez en otro lugar, en el X 1/5 de Darlinghurst, y allí me dicen "X?? Ah, está al lado nuestro!".
Atroz.
Era horrible de ordinario. Una puerta cochina con una escalera estrecha que
conducía hacia una pocilga. Subo las escaleras y me encuentro con la recepción
cerrada y unas dos niñas y un muchacho de mi edad, borrachos, que me miran y me
dicen: "Buscando a la recepcionista?". "Sí", les digo yo.
"Ah, bueno, como ves la recepción esta cerrada (S***!), pero ella se
encuentra aún aquí (EEHHHH!), llámala a este número". Y les hice caso.
"Alo?? Hola?", pregunté.
"Carolina, eres tú??" (qué extraño, sabía que era yo, será por mi
acento al hablar inglés?). "Sí, soy yo", respondí, a lo que ella me
dice: "Tienes un trago en la mano?" (!?!?!?!?!). "Ehhhhhhhhhhhhh,
no, no tengo", le respondo, con una ceja arqueada y una gota que me caía
de la cabeza, al estilo de los monos animados japoneses. "Pues,
deberías", y me colgó. Al medio minuto transcurrido aparece una mujer con
una copa de vino blanco en la mano, ebria, dándome la bienvenida. Ebria un
jueves por la noche. Un viernes te creo...
Les juro que, en ese momento, me
dije: "Atroz, Qué diablos estoy haciendo aquí!!!". Bueno, esas son
palabras suaves comparadas a mis reales pensamientos. La recepcionista estaba
borracha, me hizo pagar de nuevo el booking (que al final sólo resultó ser por
una noche). Cuando yo le argumenté que eso ya estaba pagado, me dijo que no,
que sólo había pagado el depósito (AU$4.60). Y yo, como no traía el comprobante
de la tarjeta visa (sólo llevaba la referencia impresa del booking) tuve
que pagar, DE NUEVO. Me hubiera ido si habría sido de día o más temprano. Pero
eran casi las 11pm. Me pasó un juego de sábanas, las llaves y me dio la
bienvenida oficial al "mejor de los hostels backpackers de toda Australia",
junto con recordarme, cada 10 segundos, lo siguiente: "Yo soy la jefa de
este lugar. Bueno no, no soy la jefa, hip, pero puedo hacer lo que quiera,
porque soy la jefa, hip!"... Oh, Gosh!
Subí a buscar mi cuarto y estaba lejos, pero lejos de ser el cuarto que vi en la página web del lugar. Maldición. A lo hecho pecho. Necesitaba ir al baño y HORRRRIBLEEEEEEEEE! NO ERA UNA POCILGA, ERA UN ANTRO, UN "EYESORE", en inglés!!! El toilet era de 1.5 por 1 metros, condenadamente asqueroso y tenía que pasar de lado para no chocar con las paredes. No había papel higiénico y olía... ARGH! Me quería morir. Salí de allí lo más rápido que pude y entré a dejar las cosas en mi habitación. Lo primero que recibí fue un "ARGH!!!!!!" de una de mis compañera asiáticas de cuarto. Es que la puerta chillaba como "chancho-a-punto-de-ser-sacrificado-en-el-matadero" cada vez que la abría, pero que culpa tenía yo de eso! Seré flaca, pero nunca tanto como para pasar por la rendija de la puerta! Mala suerte si metía ruido al abrirla y cerrarla!... Dejé mis cosas allí y llamé a Eduardo. Me desahogué. Estaba mal. No podía creer lo estafada que me sentía. Pero por $22 ó $24 la noche... Qué más podía pedir. Claro que, al pagar dos veces, me salió el doble la noche! Sin embargo, jamás pensé que en este desarrollado país sería posible encontrar sitios como esos. Pocilgas-antros-focos de infecciones.
Resignada (y con una historia más que contarle a mis nietos y a los lectores de mi popular blog), me fui a la cama con el próposito de descansar. Pero no dormí casi nada. Aferrada a mis documentos, tarjeta del banco, ID, teléfono móbil y el resto de mis preciadas pertenencias, apenas pude cerrar los ojos con el miedo a que me robaran. Era una pieza de 6 mujeres, digo seis conmigo. Y creo que una de ellas era prostituta. De eso estoy segura. Además, me equivoqué de cama, por lo que cuando ella llegó, a eso de las 2am, me echó casqueando de la suya, y tuve que levantarme y hacer mi cama, poner las sábanas, el cobertor, y el problema es que era la litera de arriba.
Gracias a Dios llevé mis
tapones. Porque el ruido, los gritos y la música que provenía desde la calle
era infernal. Cada una hora me despertaba y chequeaba que mi maleta siguiera en
el mismo lugar donde la había dejado. Es que no teníamos lockers. Al día
siguiente, a eso de las 6.30am, ya despierta, consciente y CHATA, me levanté,
tomé todas mis cosas, me fui a los camarines, me cambié (no quise ni bañarme) y
partí a desayunar. Yo traía desde Canberra mis propios sandwiches y fruta, lo
que necesitaba era leche, café o un simple té con el cual acompañar mi
merienda.
7.00, 7.10, 7.20, 7.30, 7.45am... Maldita sea. La cocina seguía cerrada.
7.55, 8.00, 8.05, 8.10am...
AH! La recepción no abría, y se supoína que a eso de las 8 en punto de la
mañana estaría abierta. Yo sólo me quería ir de aquel lugar!! Por fin, a las
8.15am llegó la recepcionista. Hice el check out y me fui al backpackers al
cual, desde un principio, debía haberme ido, en pleno City Centre, junto
al Darling Harbour. Me hice amiga de una británica, que vino a Australia con la
misma visa que yo (Working Holiday) y nos fuimos caminando por William Street.
Aproveché de tomar fotos y conocí bastante en ese trayecto.
Una vez lejos de las prostitutas,
las drogas (pero no del alcohol, jejeje), de mejor ánimo y percibiendo todo
esto como una 'experiencia más en Australia', llegué a Town Hall, donde me
quedé a alojar (Base Backpackers, 477 Kent Street. Dormitorio con seis camas,
sólo mujeres, $AU34). Dejé mis cosas y partí a realizar las activididades
turísticas que tenía en mente. Y todo cambió. No pueden creer lo bueno que es
este Backpackers. A todo “cachete”. Es caro, pero vale totalmente la pena.
Equipado con lockers en los dormitorios, cocina con microondas, desayuno
gratuito, sala de TV, internet, laundry, refrigeradores a tu disposición, higiénico,
etc, se ubica a minutos (a pie) del
Daring Harbour y del City Centre.
Una
vez instalada allí, salí a recorrer el centro, que ya lo conozco como la
palma de mi mano. Me fui al Circular Quay -hermoso lugar donde se encuentra el
Opera House, que conozco por dentro y por fuera. --Dato: Hacer el Tour por el
Opera cuesta $AU16 antes de las 10am- y tomé el ''barquito'' (ferry) con destino
al Taronga Zoo. Lindo Trayecto, espectacular día, soleado y caluroso a morir
(Compren el Day tripper, AU$15.50, ticket que les permitirá tomar el ferry, bus
y tren de manera ilimitada por todo un día).
Cuatro
horas me tomó recorrer todo el zoológico ($AU23 Concession. Adulto $AU 37).
Para mi suerte -y corroborando mi nivel de "erudición"-, no borré las
fotos de mi anterior viaje a Sydney, por lo que la memoria estaba llena, llena,
llena. Y debía fotografiar muchos animales: el león, la cebra, y bichos
extraños australianos, para variar. Si este es el país de lo: A) Raro. B)
Venenoso. Por lo tanto, tuve que borrar manualmente algunas fotos (la
troglodita cámara se tomó alrededor de dos horas en borrar dichas fotografías),
y el resultado fue: "BATTERY EXHAUSTED". Eso era lo único que me
faltaba. Que se agotara la batería. Gracias... Al llegar a la cima de la colina donde se ubica el Zoo, la vista era maravillosa. Rogándole a la cámara para que funcionara, logré tomar un par de fotos, antes de que se agotara por completo. Deshidratada, cuatro horas después de haber llegado, partí rumbo al Darling Harbour y luego al centro. Caminé kilómetros, como buena turista que soy. Me fui a lugares que nunca antes había recorrido. Me encantó Martin Place. Por ese sitio tomé muy buenas fotografías, porque, milagrosamente, la batería no murió completamente.
Próximo destino: Hyde Park y alrededores.
Allí se encontraba la Catedral y el Museo Australiano, que me gustó
sólo por un salón, el de fotografías. Porque créanme que Australia no
se caracteriza por ser el país de los mejores museos. Oh, no. Cuando
vengan un día por aquí, entenderán por qué les digo esto. Es tan
estúpido. El Power House Museum tiene dos niveles gigantes con ropa
vieja y frascos vacíos de perfumes,detergente ''OMO'' y otras
tonteras!! "Chutas, hasta yo con la ropa vieja de mi abuela hago un
museo más encachado que este!". Eso fue lo primero que pensé al estar
allí.
Ya cansada y sudada decidí
regresar al hostel, a eso de las 7.00pm. Me bañé y me encontré con mis
compañeras de cuarto. Nos pusimos a conversar y decidimos salir a carretear. Y
creánme que Sydney es el mejor lugar para salir a carretear. Les aconsejo ir a
cenar primero. La variedad de Restaurantes que existe en esa ciudad es
espectacular. El multiculturalismo es sorprendente. Allí podrán encontrar todo
tipo de comidas, de todos los lugares que se pueden imaginar: Cocina
latinoamericana, del Medio Oriente, Sudeste Asiático, china, japonesa, hindú,
europea. Es maravilloso...
Chinatown!! Ubicada en pleno centro, no se la pueden
perder: Bueno, Bonito y Barato!!!. (No pueden dejar la oportunidad de tomar el
té de jasmín).
...Y
vaya el carrete que nos mandamos en el “Three Wise Monkeys” (Liverpool con
George Street, a sólo cuadras del Base backpackers. La entrada es liberada,
pero siempre hay que llevar el Carnet de Identidad o Pasaporte para demostrar
la mayoría de edad). Era un grupito internacional: dos inglesas, una coreana y
una latina, esa era yo. Lo pasamos increíblemente bien. Tomamos, bailamos,
tomamos y bailamos de nuevo. El alcohol
es relativamente barato, mucho más económico que en Canberra (lo más caro que
tomé me costó AU$7.30). Al día siguiente me dolía todo el cuerpo. Desde la
punta del pelo hasta la uña del pie. Pero valió la pena. Y lo mismo puedo decir
del siguiente carrete que me mandé en Sydney a los días después.
Bondi
Junction: deben ir allí sí o sí. No hay cómo perderse. Es super fácil. Toman el
tren y se bajan en la estación “Bondi Juction” y allí, a la salida, encontrarán
una serie de restaurants, pubs, Mall y lo mejor de todo, la playa. BONDI BEACH!
Pueden ir caminando, está a sólo 25 minutos a pie de la estación de tren. Vale
la pena caminar. No sólo es saludable sino que también la vista es linda! Pero
hay un detalle. Con una de mis amigas del hostel decidimos recorrer la costa:
desde Bondi Beach hasta Coogee Beach. “Está super cerca, a sólo 30 minutos a
pie desde Bondi...”. Eeeeeehhhhhhh.... La verdad es que estaba a tres horas y
media!! Pueden creerlo!?!?! JAJA. Sin embargo, valió la pena. Llegamos a Coogee
gateando (literalmente, gateando), con más de treinta grados de calor y una
humedad... ufff!! Pero conocimos todas las playas que existen desde Bondi hasta
Coogiee. Y chicos, deben hacerlo, tienen que aperrar y caminar, duro y parejo.
Nada de micro, no! Debe usar las patitas que Dios les dio, porque si bien
estarán muertos de cansados al final de la maratónica caminata, la sonrisa que
tendrán de oreja a oreja, al dormir ese día, no se las quitará nadie.
Además,
no pueden dejar de visitar Manly Beach. Yo ni tonta, obvio que fui ese fin de
semana. Sigan mi consejo. Compren el DAY TRIPPER y ahorraran bastante. Desde el
Wharf número 3 en el Circular Quay pueden
abordar el ferry que los dejará en Manly (este sale en intervalos de media hora
durante el día -cada 20 minutos
durante los fines de semana veraniegos- y cada 45 minutos en la noche). Desde allí caminarán aproxidamente una
hora. La playa está a cinco minutos a pie, realmente, del puerto, pero hay
tantas tiendas y Cafés por ver que el tiempo se pasa volando! (Dato: el agua es
heladísima. Yo, que soy ariqueña de corazón, no me pude bañar, me congelé. Para
los sureños o de la zona central, el agua la encontrarán tiebicita...).
Para
serles honesta, el Chinese Garden no me gustó mucho (AU$ 6, Concession $3).
Pero como soy turista debía visitarlo sí o sí, no me quedaba otra. Pero el
lugar que no se deben perder es el Fish Market (Locked Bag 247 Bank Street). Con
Silvia caminamos harto para poder encontrarlo; el cansancio valió totalmente la
pena. Los locales cierran tempramo, a eso de las 4pm ya no entrarán nada
abierto. Por eso vayan con anticipación! Y si bien es un tanto caro, podrán
ahorrar sus luquitas si lo visitan una hora antes del cierre. Cuando están
rematando todo. Yo comí un rico “sea food”-mariscos- por sólo AU$6. Y quedé
llenita...
Market
City. Ubicado en el corazón de Chinatown se encuentra abierto de lunes a
domingo desde las 10am hasta las 7pm. Ricos sitios para comer. Si comaparten el
lunch les saldrá mucho más económico. En esta vida hay que ser “clever”, niñitos...
City
Centre. OH-MY-GOSH! Se volverán locos con tanta tienda, ropa linda, zapatos,
restaurantes, y todo lo que puedan imaginar!!! No se dejen tentar o terminarán
sin ni uno!! George St y Pitt Street son las calles principales a recorrer. No se
preocupen si se pierden, es normal. Yo aún viendo los mapas me desoriento:
doblo cuando debo seguir derecho, subo cuando debo bajar. Voy al oeste cuando
debo tomar el este, y suma y sigue!
Darling
Harbour: lugar más famoso y turístico de Australia junto con Circular Quay,
sitio donde se encuentra el Opera House. Es maravilloso. Tanto de noche como de
día. Deben visitarlo en ambas oportunidades, porque no es lo mismo. Si van a
alojar en un hostel, elijan uno que se ubique en el centro, en pleno city centre,
ya que es la única forma de ahorra dinero en transporte y conocer a pie!! Y si
les gustan los animales (especialmente las rarezas australianas), deberán
visitar el Aquarium y el WildLife World, ambos ubicados en el Darling Harbour,
uno al lado del otro. La entrada adulto cuesta alrededor de AU$25, pero a mí me
costó $17, ya que, me aceptaron mi tarjeta de estudiante internacional
(Concession). Allí podrán ver koalas, ornitorrincos, cocodrilos, corales, las
serpientes más venenosas del mundo, arañas y miles de bichos, tiburones, peces
de todo tipo (incluyendo a “Nemo”)...
Cuando
vayan al Darling Harbour deben también visitar el Maritime Museum, es
interesante y lo mejor de todo es que la entrada es gratuita. Pero lo que deben
hacer, definitivamente, es subir el Sydney Harbour Bridge, aquel famoso puente
en donde se tiran los fuegos artificiales en Año Nuevo; es uno de los símbolo de Australia. Desde la cima, la vista
es maravillosa. Pero la gracia cuesta AU$180. Así que yo les aconsejo que no
paguen ni un dólar y simplemente lo cruzen, de norte a sur, escuchando su
canción favorita (yo ya lo crucé, pero aún no he podido recorrer el puente
oyendo “Only Happy when it rains”...). Podrán apreciar toda la bahía, el Opera
House, las casitas del barrio alto... todo todito! Fotos dignas de calendario!
Y
ABSOLUTAMENTE GRATIS! (AU$ 0) (Yay!)
Pero luego del carrete, vino
el trabajo. Llegué molida a Canberra. Me tuve que levantar a las 6am para
llegar a mi trabajo a eso de las 7am, atroz. Pero valió la pena. Cada viaje a
Sydney, a pesar que al día siguiente de mi regreso debo trabajar, ha valido
completamente la pena. Y ahora me queda conocer y recorrer Queensland. En unas
semanas más estaré pisando esas tierras calientes del norte: la tierra de la Reina.
Y
esta vez, les aseguro, no me quedaré en ningún Antro.