Estuve viendo la biografía de Joanne K. Rowling, la autora de mi héroe Harry Potter (mi héroe infantil, porque mi héroe héroe héroe es Indiana Jones). Luego de haber terminado de ver dicho documental, no pude dejar de pensar que debo escribir algo también. Pero lo mío no es la literatura. Hmmm. Nop. Me veo más como una super famous top international journalist que como una escritora de libros, o incluso como una renombrada historiadora.
Sin embargo, hay un problema: no he vivido ninguna experiencia traumática que me permita abstraerme y escribir con tal pasión que prácticamente se convierta en un proceso de sanación. Tuve una niñez muy linda, lo pasé muy muy bien en mis años mozos y ahora, en estos precisos momentos de mi vida, no me puedo quejar. He tenido suerte. Así que me dedicaré a la comedia pero en columnas, teniendo como guía a mi gurú Helen Fielding, creadora de mi guía espiritual, heroína y futura colega, Bridget Jones.
¿Se acuerdan que unos meses atrás escribí un artículo sobre las “Poderosas razones por las cuales quería vivir en el Reino Unido”? Bueno, la respuesta final, luego de dar jugo por mucho rato, fue: CANADÁ. Pues, ya no. Ya no deseo ir a Canadá. No sólo porque hace mucho frío, sino también porque, como buena Piscis que soy, me obsesioné con la idea, sin considerar otras mejores opciones.
Australia. Esta es la mejor opción. De hecho, siempre lo fue. Regresar al país que me acogió por un año. ¿Cómo pude ser tan tonta? A veces soy tan ‘stubborn’, es decir, testaruda, que me sorprendo a mí misma. Fue mi hermana quien me hizo entender que estaba jugoseando. Mi sueño siempre fue vivir en Sydney, ciudad que me encanta y que, lo mejor de todo, está al lado de Canberra, donde vive la gente que más quiero de todo Down Under.
Pero por otro lado, sólo fui una vez a Melbourne. Y todos sabemos que ESA es la ciudad del arte y las letras de Australia. Sydney es la ciudad del ‘fashion’. Y si comparamos el ranking mundial de las mejores universidades, la University of Melbourne ocupa el lugar 22 mientras que la University of Sydney tiene el 31. La University of British Columbia ocupa un puesto un poquito más abajo. Pero hace tanto frío en Canadá, y el acento es casi igual al gringo. ¡Qué feo! ¡Yo no quiero terminar hablando así! Por eso, y para no perder la práctica, he estado viendo varios programas australianos en el Discovery travel and living. Me encanta el acento australiano. Pero no el típico acento aussie, porque ese sí que no lo comprendo.
A su vez, he estado escribiendo ensayos que mis lindos y pacientes amiguitos han corregido. Gracias, chicos!! Pero aún quedan muchos más por corregir, i am sorry!!! He mejorado bastante y ustedes han sido una parte fundamental de esta mejoría, si son unos profesores estupendos.
He estado tan ocupada que no había tenido tiempo para actualizar mi popular blog, Las Andanzas de (la hermosa) Nortina. Es que es algo serio, no es una tontera para mí. O sea, sí, escribo una que otra tonterilla de repente, pero el “arte de escribir y manejar un blog” (de los buenos como el mío) requiere talento y dedicación, jaja.
Como les había contado en otra ocasión, mi blog está participando en un concurso de blogs de la universidad. En mi categoría hay unos 40 participantes. Yo estoy en el lugar 11. Los primeros 2 lugares lo ocupan blogs colectivos, y contra eso no puedo competir. Hay un blog, que no diré cuál por razones obvias, es super ultra chori, su ‘dueña’ sí que sabe de código HTML. Es increíble lo producido del blog. Pero como dice mi hermana “los que tienen un super ultra blog no tienen vida, porque todo su tiempo libre lo utilizan mejorando, actualizando y agregándole cosas a su famoso blog”.
Yo, en cambio, no me dedico a hacer esas cosas, sino sólo a escribir en él que es, precisamente, lo que mis lectores quieren. Me da un poco de nostalgia cuando me acuerdo de los emails que recibía de distintas personas que me escribían felicitándome por mis artículos y alentándome a seguir escribiendo mis aventuras. Me encanta eso, es lo mas cercano a tener “fans”, jajaja. Sin embargo, hace meses que no he recibido un email de algún extraño que dice ser seguidor de mis andanzas.
Mi meta a largo plazo es escribir en inglés tan bien como lo hago en español, pero sin perder la esencia “Nortina”. Esperemos que así sea. Sooner than later.
Y también esperemos que todo me resulte como lo planeo y que el próximo año esté de vuelta en Australia estudiando periodismo. Las ganas no me faltan. Más bien, sobran.
Lo único que me queda por hacer es rezar: ¡¡DIOSITO, AYÚDAME!!