Están siendo días tensos en Honduras, la Comunidad internacional le ha dado la espalda al país por la operación que sacó militarmente al presidente durante la noche, primero de su cama y luego del territorio nacional, y sustituirle tras su exilio. Mientras, los ciudadanos se manifiestan a favor de la maniobra y todos los medios hondureños (casualmente por total unanimidad...) dicen que no es un golpe de Estado, si no una operación aprobada por la Corte Suprema. Aún sin saber como será el desenlace, el tema es que todo esto sucedió mientras Anna, Laia y yo nos sacábamos el PADI -certificado oficial de submarinismo- en unas bonitas islas caribeñas de Honduras que se llaman Bay Islands.
Concretamente estábamos junto a la isla de Utila, en un pequeño cayo llamado Jewel Cay, de unos 200 metros de longitud y en el que nuestro hotel y escuela de buceo era el único reducto turista de una comunidad bastante religiosa de pescadores que viven allí. Se estaba de lujo, la verdad, era tranquilo y bonito, y sinceramente el curso de buceo es una maravilla, sentir como pierdes la gravedad y descender hasta los 18 metros de profundidad para ver todo lo que hay bajo el mar es genial, cúanta razón tenía Costeau!... Tortugas, morenas, mantas rayas, corales, barracudas, calamares, un sinfín de peces espectaculares e incluso una inesperada aparición de una manada de delfines para darnos un improvisado baño junto a ellos... todo eso hace que merezca la pena la experiencia! La lástima es que apenas hay fotos, teníamos una cámara acuática deshechable pero claro, no da para mucho.
Veníamos con la única intención de hacer el curso de buceo e irnos para Guatemala; al final, por motivo del supuesto Golpe de Estado, las cosas fueron empeorando: vivimos varios días de toque de queda (todo el mundo encerrado en sus casas de 21:00 a 6:00), se suspendieron gran parte de los servicios de bus, e incluso cuando conseguíamos movernos había barricadas en carreteras que nos hicieron tener que tomar improvisadas rutas alternativas por caminos de tierra en furgonetas, pero no vivimos ningún momento de tensión ni nada de peligro, yo estaba muy tranquilo y lo único que me preocupaba era perder muchos días. Así que debido a esto tambien pasamos algo de tiempo en sitios como la Ceiba, San Pedro de Sula o Copán, de los que lo único que merece visitarse es Copán, un bonito pueblo de monte con las más famosas ruinas mayas del país, a las que no fuimos ya que todos coinciden en que encontraremos mejores más adelante.
Y finalmente ayer conseguimos cruzar la frontera, un poco más tarde de lo previsto, pero sin problemas. Ahora a seguir disfrutando en Guatemala pero eso sí, con un ojo puesto en Honduras. Y con el otro en ver cúando se podrá hacer la siguiente inmersión, porque engancha!