Ya estoy sólo de nuevo. Pero por muy poco tiempo, ya que en dos días me reuniré en Buenos Aires (al final lo conoceré como la palma de mi mano) con el Regue y comenzaremos nuestra ruta patagónica hacia el norte partiendo desde Ushuaia.
Ayer tomé un autobús desde Salta que me dejó esta mañana en Córdoba, donde pienso pasar estos dos días antes de volver a Buenos Aires. Por ahora la ciudad no me ha dicho gran cosa, al igual que me pasó con Mendoza. Quizás más moderna, universitaria, cosmopolita... pero no le he encontrado mucho más. Será que todas las ciudades se me acaban pareciendo? Además, uno termina aborreciendo los sistemas urbanísticos cuadriculados, un fantástico sistema para facilitar el tráfico y la orientación, desde luego, pero también convierte todas las calles en una misma, grandísimo problema para los amantes del callejeo laberíntico como soy yo.
Pero antes de Cordoba, en la que no me quiero extender más, he pasado 4 días fabulosos en la región de Salta y Jujuy. No habré visto todo lo visto, no habré ido a todo lo visitable y seguramente me habré dejado bastantes sitios, es posible, pero me lo he pasado de lujo y he estado con unos compañeros de viaje a los que me dio pena abandonar anoche. Rubén, Eli, Manuel y Kevin, cada uno a su manera, han sido unos cracks. Es así, es lo que tiene este formato de viaje, conoces gente de forma temporal y sabes que sólo serán unos días, pero a mi siempre me entristece despedirme.
Por lo demás la región está bastante bien y Salta es peculiar, ya que pese a su medio millón de habitantes parece un pueblo grande más que una ciudad, y definitivamente la gente del norte no es igual que la del sur y ni mucho menos que los porteños. Por todo ello: Viva Argentina!
PD: y para fotos, ya sabéis donde, aqui al ladito a vuestra derecha (pero donde pone Argentina, no me seáis zoquetes).