Después de unos días en el Rodadero, lugar de hoteles y playas sin ningún atractivo, llego a Bogota y me alojo en La Candelaria, al lado de la plaza Chorros de Quevedo, origen de la actual ciudad.
Este Barrio es un pequeño oasis en medio de la gran Bogota. Calles empedradas con casas bajas coloniales y al lado de la plaza Bolívar, donde está la catedral y el palacio Nariño, sede y casa del presidente de gobierno. Lugar recomendable para estar tranquilo y disfrutar de alguno de sus restarurantes. Estuve alojado en la casa Chorros de Quevedo, llevada por Massimo, un italiano estupendo que junto a su novia colombiana Ana y sus dos perros hacen que te encuentres como en casa.