El Pobre Luis es una parrilla argentina bien típica. Llena de gente, mozos presurosos, una gran parrilla humeante, olor a vino y fútbol. Lo único que no es típico, sin embargo, son la gente, los mozos, la parrilla, el vino y el fútbol. El Pobre Luis es el lugar donde uno debería elegir comer la última cena si se va a morir. Lleno de alegorías y decoración futbolera, este rinconcito en Arribeños y Blanco Encalada en el barrio de Belgrano en Buenos Aires, es un pequeño paraiso para quien el salir a cenar no se trata solamente de comer. No pidas un plato para cada uno porque 1) el mozo te trae lo que quiere él y 2) la comida se enfría y es mejor ir pidiendo de a poco y el mozo te lo vo trayendo sin tardanza. Recomendación: acomodarse en el segundo piso donde atiende el Gallo, un mozo de unos 35 años, que hace 20 es mozo en el Pobre Luis. El Gallo es un show aparte. Bromea, putea, grita, recomienda, te manda a la mierda, se sienta con vos en la mesa, te trae lo que él decide que está bien, te trae vino aunque no pidas, en fin... Fue muy cómico cuando Maia, la hija de Ale, pidió banana con dulce de leche de postre, algo bien de casa. El Gallo la miró como diciendo "qué pelotuda", y acto seguido se lo dijo: "qué pelotuda!!".
El Pobre Luis está decorado, como no podía ser de otra manera, con fútbol, mucho fútbol. Colgadas del techo hay camisetas de todos los equipos argentinos, italianos, españoles, todas firmadas por los mismos jugadores. Está la 10 de Maradona, Pelé, Riquelme, Aymar, clásicos colombianos del fútbol argentino como Serna y Mondragón, en fin, lo que te imagines está allí. Cuando estés por Buenos Aires, no dejes de pasar por allí. Y saludalo al Gallo de mi parte.
