Lo primero que hicieron en cuanto estuvimos instalados fue sentarnos a comer. El comedor estaba impecable, las mesas puestas con toda elegancia. Estaban asignadas por grupos, y como quedamos el taiwanes y yo sueltos y no había mas mesas, nos sentaron juntos. Resulto ser profesor (he conocido muchos en este viaje, que aprovechando las vacaciones escolares pasean por el mundo) y bastante simpático. Intercambiamos pasaportes (ya nos los habían devuelto) y fue interesante comentar los visados, hablamos de viajes, de nuestros respectivos países y culturas.
Después de comer nos sentamos todos en la terraza, haciendo sobremesa. Toda la gente era muy agradable y había buen ambiente; al cabo de los tres días éramos ya todos casi como familia! Charlamos, paseamos en barco, en kayak, nadamos, la verdad unos días muy sociables.
A la hora de cenar una pareja de holandeses que estaban de luna de miel nos invitaron a cenar con ellos, y a partir de allí compartimos mesa con ellos el resto del viaje!
El atractivo de la Bahia de Halong, aparte de que es muy extensa, es que esta sembrada con unas 2000 islas cubiertas de vegetación. Las islas son muy bonitas y en su entorno vimos criaderos de ostras (si, compre unas perlitas!!), aldeas flotantes, comunidades de pescadores etc.
Las islas varían en tamaño. Un día fuimos de excursión a ver unas cuevas en una de las islas. Algunas tienen playa, una tiene un mirador muy alto desde donde hay vistas de la bahía de 360 grados.
Cada día hacíamos un par de horitas de kayak. Lo mas divertido era pasar por cuevas a unas lagunas dentro de las islas a las que solo se podía acceder con la marea baja.