El acto poético (Hay público alla atrás!!)
PERU | Tuesday, 19 May 2009 | Views [709] | Comments [1]
Bueno. Parece que a parte de vosotros alguien más me esta leyendo. Hoy estoy feliz (dentro de la absoluta felicidad que me supone estar viajando y conociendo esta bola enorme en la que respiro y vivo). Y estoy feliz por que a parte del reconocimiento que significa para mi que vosotros, mis amigos, leáis de mí y de mis inquitudes; y algunos (y sólo algunos) escribáis comentario sobre lo que digo. Y digo que a parte de esto, los señores de Worldnomads han tenido la gentileza de escribirme para comunicarme lo mucho que les gusta mi blog-diario y para decirmen también que esta seleccionado como uno de los blogs del mes (podéis ver una de mis historias en la cabecera del site).
Sin olvidar el hecho de que para mí lo importante es contaros a vosotros más que cómo me va, lo que veo, no está de más a veces recibir un empujoncito de este tipo (os diré que a veces se me hace cuesta arriba sentarme a relatar y dar forma a tanto pensamiento nacido día a día de las muchas y sujerentes cosas que estos ojos ven). Así pues agradezco con este articulillo a estos señores su deferencia, y lo hago, si se me da licencia (ya me estoy contagiando de Él), con unas palabras del señor (haciendo un esfuerzo por no alzar su figura sobre lo terrenal) Don José de Sousa Saramago (Será mago?) sobro lo que supone o deja de suponer un acto poético, en relación a la visita que el Rey Juan III de Portugal (y los Algarves) y su secretario hacen al elefante Salomón antes de su partida hacia Valladolid como obsequi al Archiduque Maximiliando de Austria. Sirvan estas palabras para expresar mi gratitud, señores:
"Estaba pensando, creo que debería ir a ver a Salomón, Quiere vuestra alteza que mande llamar a la guardia real, preguntó el secretario, No, dos pajes son más que suficientes, uno para los recados y otro para ir a enterarse de por qué no ha regresado todavía el primero, ah, y también el señor secretario, si me quiere acompañar, Vuestra alteza me honra mucho, por encima de mis merecimientos, Tal vez para que pueda merecer más y más, como su padre, a quien dios tenga en gloria, Beso las manos de vuestra alteza, con el amor y respeto con que besaba las suyas, Tengo la impresion de que eso sí que está por encima de mis merecimientos, dijo el rey, sonriendo, En dialéctica y en respuesta rápida nadie gana a vuestra alteza, Pues mire que hay quien va diciendo por ahí que los hados que presidieron mi nacimiento no me dotaron para el ejercicio de las letras, No todo son letras en el mundo, mi señor, visitar al elefante Salomón en este día es, como quizá se acabe diciendo en el futuro, un acto poético, Qué es un acto poético, preguntó el rey, No se sabe, mi señor, sólo nos damos cuenta de que existe cuando ha sucedido, Pero yo, por ahora, sólo he anunciado la intención de visitar a Salomón, Siendo palabra de rey, supongo que habrá sido suficiente, Creo haber oído decir que, en retórica, a eso llaman ironía, Pido perdón a vuestra alteza, Está perdonado, señor secretario, si todos sus pecados son de esa gravedad, tien el cielo garantizado, No sé mi señor, si éste será el mejor tiempo para ir al cielo, Qué quiere decir con eso, Viene por ahí la inquisición , mi señor, se han acabado los salvoconductos de confesión y absolución, La inquisición mantendrá la unidad dentre los cristianos, ése es su objetivo, Santo objetivo, sin duda, mi señor, resta saber con qué medios lo alcanzará, Si el objetivo es santo, santos serán también los medios de que se sirva, respondió el rey con cierta aspereza, Pido perdón a vuestra alteza, además, Además, qué, Os ruego que me dispenséis de la visita a Salomón, siento que hoy no sería una compañía agradable para vuestra alteza, No os dispenso, necesito absolutamente de vuestra presencia en el cercado, Para qué, mi señor, si no estoy siendo demasiado osado al preguntar, No tengo luces para comprender si va a suceder lo que llamó acto poético, respondió el rey con una deia sonrisa en que la barba y el bigote dibujaban una expresión maliciosa, casi mefistofélica, Espero vuestras órdenes, mi señor, Siendo las cinco, quiero cuatro caballos a la puerta de palacio, recomendad que el que he de montar sea grande, gordo y manso, nunca he sido de cabalgadas, y ahora todavía menos, con esta edad y los achaques que trae, Sí, mi señor, Y elija bien los pajes, que no sean de esos que se ríen por todo y por nada, me dan ganas de retorcerles el cuello, Sí, mi señor.
Para los que quieran y sepan entender, queda todo dicho y, salvando mi desacuerdo sobre los santos métodos de la inquisicion, sirvan estas palabras para agradecer por parte de este caballo gordo y manso la deferencia que todos estís teniendo hacia mi, sin querer resultar pedante, acto poético.
(Un beso gigante para toda esa gente de Lisboa, que conocí y me dió calor en aquellos dias, a la que quiero y querré tanto)
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