COPLASDEKAPLAN

Este título capicúa (palabra tomada del catalán, por cierto) me viene que ni pintado para describir esta ciudad, una colmena de ocho millones y medio de habitantes (7.600.000 más el millón de la provincia constitucional de Callao). Y es que la vida aqui corre muy deprisa, tanto por el ajetreo propio de una ciudad de este tamaño, como por ser el máximo exponente del desarrollo sin freno que está teniendo este país de unos años a esta parte (en lo que va de 2009 es el pais que más creció económicamente, por delante de Uruguay y Bolivia, formando el trío de países sudamericanos que no han acusado negativamente la crisis que hay en todo el mundo).

Lima tiene una larga historia, en la que destaca principalmente la época colonial, dada la preponderancia que el Reyno de España le dio durante su dominación, durante la cual fue capital del Virreinato del Perú, la más grande provincia española de las indias, y sede de la Real Audiencia, el más importante órgano de gobierno de la corona española.

Todo esto se nota en la arquitectura de la ciudad, plagada de casas señoriales y palacios como el episcopal, una joya del barroco colonial, aunque claramente este centro histórico haya sido engullido por una urbe gigantesca de aspecto eminentemente comercial, en la que el plastico, el acero y el cristal han sustituído a la piedra y la madera. Aún así, uno se puede dar un paseo y disfrutar de estas impresionantes construcciones y sus magníficos patio, tomándose un respiro entre unos y otros para empaparse de la ajitada vida callejera de la ciudad. Ten por seguro que vendedores de todo tipo de mercadería, tatuadores, adivinos (famoso por sus "amarres" para que la persona a la que quieres caiga rendida a tus pies) y más charlatanes saldran a tu encuentro para tratar de entretenerte en tu bien planeada jornada, y de paso ganarse unos soles.

Por lo demás, Lima es un punto donde abastecerse a buen precio de todo aquello que necesites para continuar viaje, para pasar alguna que otra noche loca en el "gringuito" barrio de Miraflores y de donde salir huyendo lo antes posible para no quedar anclado en este torbellino de actividades poco provechosas para tu alma y tu bolsillo. Y voy a dejar que sean Sergio Galarza (uno de los más jovenes narradores del país) y Cucho Peñarola (periodista musical también peruano), quienes hagan en definitiva una aguda síntesis de lo que es esta ciudad. Yo la comparto al 100%.

          "La ciudad que desde la década de los ochenta se man-

     tiene sitiada por un cordón de miseria, rendida a la estriden-        cia y a las luces halógenas de los casino, hostales y pollerí-          as surgidas de la seudobonanza liberal, que afronta el caos          incubado por la economía precaria y la violencia, debe pro-          vocar pesadillas en los afortunados que disfrutaron cuando          aún no concentraba a un tercio de la población del país."