Esto se acaba.
Es nuestra tercera visita a Estambul y la encontramos muy cambiada. La ultima vez que pasamos por aqui fue en el 2000 y ahora hay como miles de turistas mas. Colas pàra entrar a Topkapi, colas para Santa Sofia, y colas para entrar en la mezquita Azul. Parece increible, la ultima vez podias entrar y sentarte en las alfombras para ver pasar el tiempo y ahora lo que pasan son riadas de turistas con guias y haciendo fotos a todo lo que se mueve.
Pero no es este el fin de nuestro viaje, nosotros hemos venido a Estambul a comernos unos profiteroles en "Inci pastanesi" y lo hemos conseguido.
Y tambien hemos conseguido encontrar otro Estambul. Un Estambul que estaba y sigue estando muy cerca de los turistas , pero desconocido por estos. Solo a unos metros de la riadas de turistas recorriendo el gran bazar y los monumentos, hay otras gentes, trabajando muchas horas en sotanos y talleres, fabricando zapatos, camisas, bolsos.
Y hemos encontrado una Turquia que no esperabamos, de gentes amables y siempre dispuestas a ayudar. Una Turquia muy tranquila, donde es posible pasear por calles oscuras, descuidar el bolso, la maleta, la mochila, la cartera. Una Turquia acogedora y abierta.
Y en otros lugares, los turisticos, una Turquia cara y de gentes preocupadas de su sustento y de ganar unas liras para poder vivir y en estos casos no tan amables ni sonrientes.
Y, un deseo para el futuro: volver para poder seguir recorriendo la Turquia acogedora y abierta, la que queda fuera de los circuitos.
Güle güle
Gumer y Raquel