Una pandilla de mochileros
Tuve que salir rapidamente de Guatemala City, los festines de varios tenedores a la hora de comer y cenar estaban desvalijando mis arcas, y la verdad es que cansaba un poco la jaula de oro. Asi que me subi a un autobus a Quetzaltenango donde volvia a estar Andrew el tejano. Nos vimos, comimos, y nos encontramos inmersos en el Guatemala mochilera. Hostales repletos, partidas de cartas y guias de viaje debajo de todas las almohadas. No teniamos ningun plan concreto, pero si que quisimos ir a ver el lago de Atitlan.
En el bus conocimos a Iñigo de Bilbao. Charlamos y al final montamos una pandilla de tres que duraria todo el viaje en Guatemala. San Pedro de Atitlan era un resort de mochileros, el lugar perfecto para tus vacaciones si no tienes un duro y prefieres camareros descalzos a camareros con pajarita. Subimos a un volcan espectacular y pasamos un dia sobre unos kayaks. El lugar, espectacular, la laguna de Atitlan es profundisima, el agua es muy limpia y todas las tardes puede verse desde las montañas de alrededor una masa de nubes monumental ocupar todo el valle.
Antigua es una de la ciudades mas antiguas de Centroamerica, y es una parada obligada. Hay atascos de turistas por la calle y todo tipo de restaurantes, ademas ejerce de centro de operaciones para los turistas puesto que la capital se describe en todas las guias como el mejor lugar donde recibir un disparo. Antigua es realmente bonita, pero no es precisamente emocionante. Hartos de esos dias previsibles decidimos subir al volcan Pacaya de la forma mas desaconsejada, sin agencia. Fue un dia inolvidable, pues la agenda de Iñigo era apretada y habiamos encajado subir al Pacaya en mitad de un dia en que teniamos que hacer 6 horas de carretera.
La subida fue un desastre, y el ultimo autobus a Coban (nuestro destino) salia a las 5. A las tres Iñigo y yo deambulabamos perdidos por las faldas del Pacaya, algo preocupados pues no es la mejor noticia estar perdido en un volcan activo proximo al anochecer. Unos jovencitos con machetes nos guiaron hasta el pueblo tras mucho deambular, ahi enlazamos de forma milagrosa con uno que iba a a capital y a las 5 en punto corriamos por la estacion de autobuses rumbo a Coban.