Hotel Belmar
Cruce el mar de cortes solo. Emancipado de mis dos companyeros. 12 horas de travesia, la bicicleta atada a unas tuberias en la cubierta C, y los calvarios de los mexicanos con los zozobreos incesantes. Aterrizaje en Mazatlan. Seis de la manyana. Couchsurfing en Hotel Belmar. Y ya van tres dias en en el Hotel Belmar.
Nos vamos a los anyos 50, epoca un poco ye-ye en Mexico. El Hotel Belmar, en Mazatlan, era un lujo que refugio a gente como John Wayne. Los anyos no pasan en balde y el edificio se deshace ahora, azotado por la sal y el viento. Solo la primera planta se usa como habitaciones, algunas suites son apartamentos y el resto son pasillos increibles con habitaciones en ruinas, puertas en el suelo y sorpresas infinitas.
En una habitacion, abres la puerta y te encuentras quinientas lamparas de mesilla de noche de 1950 apiladas. O infinitas sillas y mesas, o tambien cuadros y espejos. No faltan los mosaicos de baldosines, colores pastel y alguna caja de cerillas que ha sobrevivido al cataclismo cultural y anuncia: "Hotel Belmar. Mas de 250 telefeonos a su servicio."
En la piscina, pero especialmente en el bar merodean los americanos que han descubierto este tesoro. Cada uno tiene una historia mas increible que el anterior, desde el que fue jugador de poker y ahora le falta un dedo, hasta el senyor timido y educado que resulta ser un fugitivo. El Hotel tambien es un viaje en el tiempo gracias a su clientela. No se cuando me ire.