Santa Rosalia
Costo dejar San Ignacio. Pero hubo que hacerlo, a trancas y barrancas, una manyana calurosa. Mas que calurosa, nuclear. El sol atizaba durisimo y para colmo, segun dejamos las palmeritas atras y volvimos a los cactus, empezo una cuesta durisima. Un pinchazo mas tarde parecia que el dia pintaba nefasto, pero poco a poco fuimos dejando los kilometros atras. Cuando llegamos a pocos kilometros del golfo de california descendimos la cuesta del infierno y entramos en Santa Rosalia.
Alla por 1885 los franceses montaron una parda aqui. Baja California tiene yacimientos de minerales de una riqueza enorme, y los franceses querian cobre. Pero Baja California esta lejos de Francia y por aquel entonces no habia canal en Panama. Asi que tuvieron que inventarse una ciudad, con un complejo industrial brutal alrededor de un complejo minero que bien pudo ser el mas grande de principios del siglo XX.
Como no podia ser de otra manera, afrancesaron por doquier, y en este pueblo mexicano uno puede encontrarse en una casa de techos altos o con un croissant parisino entre los dientes. El estilo es colonial, y casi todo es madera, pero hay un mestizaje arquitectonico surrealista. Al parecer el famoso Gustavo Eiffel le dedico tiempo a esta ciudad, pero si no te lo dicen no se te ocurriria nunca. No es Praga, pero es curioso.
Celebramos el cumpleanyos de Julian aqui, lo pasamos en grande. Gordon, un americano que se dedica a los metales y que lleva varios proyectos aqui, nos conto la curiosa historia de la ciudad y nos hizo de escudero en bici al dia siguiente en nuestro camino a Mulege. Una persona entranyable, que parece sentirse en paz total en el clima tropical de Baja California, y que desde su profunda humildad no puede evitar compartir lo mucho que disfruta de Santa Rosalia.