El desierto de Baja California
De El Rosario a Guerrero Negro, desde donde escribo. Ya estamos a 720 kilometros de Tijuana, y a 760 de La Paz. El medio de este viaje. Salimos de El Rosario hace 5 dias, sin Salvador, pero con unos 25 litros de agua y mucha comida. Teniendo en cuenta que El Rosario esta casi al nivel del mar y que el susodicho desierto esta a unos 800 metros, nos acordamos de los 25 litritos de agua cada vez que la carretera ponia rumbo a las estrellas.
Fueron casi 70 kilometros en los que subiamos 100 metros y bajabamos 50 para volver a subir 100 y bajar otros 50... vamos que nos dejamos las piernas con tanta montaña y tan poco puente o tunel (cero para ser exactos). Pronto el paisaje pego un cambio radical y estabamos en el desierto de Baja California. Es como el tipico desierto de pelicula de vaqueros, con cactus enormes en plan tridente, pero con un arbol-cactus curiosisimo que aqui llaman "cirio". Mas o menos es como un tronco que se riza al final, como en una pelicula de Tim Burton o un cuento de Dr. Seuss.
Estuvimos rodando rodeados de este espectaculo un par de dias, con una parada obligada en la unica tienda en 124 kilometros (en Cataviña), justo cuando un elemento mas se habia unido a los cactus y cirios. Las Rocas. Miles de rocas gigantes. La carretera se abre camino entre toda esa locura, y los locales aprovechan la superficie de las mismas para anunciar su negocio mediante un graffiti.
La vida en el desierto es monotona. Desayuno, recoger campamento, pedelear, descansito aqui y alla, comer, pedalear, acampar, cenar. Habitualmente nos despiertan los cuervos o buitres por la mañana mientras se ceban con los restos. El sol pega menos de lo esperado, asi que consumimos menos agua y disfrutamos mas. Finalmente cruzamos una planicie de desierto de arbustos, cruzamos el Paralelo 28, perdimos una hora al cambiar de estado, y llegamos a Guerrero Negro. La primera ciudad de mas de 50 habitantes en 300 kilometros. Aca estamos, dando rienda suelta a nuestras debilidades de urbanitas, con una pizza en el estomago delante de un ordenador tecleando poseidos. Vuelta a la civilizacion.
