Cuando estás harto de tanto tofu, tanta hamburguesa vegetariana , y verdura que te deja la tripa cual fábrica de gases, sabes que es momento de salir a las calles de Delhi en busca de una carnicería.
Suena tarea fácil...pero es una exploración compleja y agotadora. Y te arriesgas a volver a casa con un pollo amarillento con olor muy sospechoso!
De 4 meses (casi) que llevo en esta ciudad, he conocido 2 sitios medianamente decentes. Y me tengo que contentar con pollo. Olvídate de tu jugoso filete de ternera, lomo en adobo, o bandejita de pinchitos morunos....buhuhuuu!!
El motivo por el que en Delhi (y en el resto de la India, seguro) encuentras tan poca carne es, primero, porque la vaca aquí es sagrada. Y a ella, ni se le toca (bueno, solo la tetilla..para la leche!) Deberíais de verlas merodeando las calles de las ciudades. Las listas siempre cruzan la calles (y se plantan en medio) cuando justo justo, el semáforo se ha puesto verde. Y si la gente pita, no va dirigido a la vaca. No, no."Si ha cruzado la querida vaca en ese momento, sus motivos tendrá!"
El segundo motivo es porque la India es el país con más porcentaje de vegetarianos del mundo. De cada 10 indios, 2 son carnívoros...de pollo y cordero, porque, de nuevo, la ternera ni la olisquean.
Yo, acostumbrada a un país donde en cada calle hay una pequeña y limpia carnicería con una exposición suculenta de carne fresca, encuentro esta situación muy curiosa. Jamás me consideré una carnívora ferviente. Pero está claro que, si estoy soñando con un buen solomillo, necesito mis buenas dosis de carne. (Así que, si existía la duda...soy totalmente Espanish!Olé!).
El caso es que el otro día tuve que conformarme con una carnicería/pollería con pinta roñosa. Pedí 500g de pechuga de pollo, y pedí que me dejaran ver y oler cada uno de los cortes. Tras descartar tres pechugas que olían a los últimos días de una torta de casar, pasaron mi elección a un tío que estaba encima de una plataforma, colocado de cunclillas delante de una báscula. Lógicamente pensé que cuando recibiese mi pollo lo pesaría! PUES NO!!! Sacó pieza tras pieza y fue cortando la grasilla sobrante con un cuchillo que tenía entre los dedos del pie!! Me voy a reservar la descripción de su pie...por vosotros! Sólo os diré que me dio una arcada (bien disimulada) al ver que mi pollo estaba siendo diseccionado por un pie mugriento!!
Fué entonces cuando me enteré que es un método de limpiar el pollo comúnmente usado en las pollerías de la ciudad. Aún así, creo que me alejaré de estos establecimientos, aunque sea para ahorrarme esa arcada!
Por si os interesa saberlo, esa noche hice pollo al vino blanco, y me aseguré de que quedara bien tostadito y sequito para evitar la supervivencia de cualquier tipo de germen. Y al día siguiente, mi tripa no sufrió ningún tipo de malestar.
Todo hay que decirlo, puede tener mala pinta que te corten un pollo con el pie, pero no perjudica seriamente tu salud!