A traves del desierto (y de la selva de asfalto)
Deje San Francisco y puse rumbo a Tejas. Cortesia de Craigslist conoci al increible personaje de Bill. Este orgulloso tejano y yo cruzamos la mitad de Estados Unidos a bordo de su fabulosa camioneta Chevrolet.
Empezo el periplo descendiendo California, que realmente es un estado espectacular. Es mas o menos tres cuartas partes de Espanya, y tiene una oferta de climas parecida de la nuestra. La bella costa pacifica se turbo con la entrada en escena del esperpento de Los Angeles. La aglomeracion urbana de Los Angeles es de 12 millones de habitantes, pero practicamente todos viven en casas independientes con su frontyard y su backyard.
Tardamos cuatro horas en cruzar los mas de 100 kilometros urbanizados, atascos inmensos con todas las relucientes camionetas estilo pickup ocupadas por una sola persona. El paisaje: aparcamientos, centros comerciales y casas calcadas. Nada mas. Primera parada para dormir despues del infierno de asfalto en Palm Springs y asi entramos de cabeza en el desierto de Arizona.
Bill y yo durmimos en su camioneta, bastante comodo y mejor que afuera donde el viento del desierto tiene una fuerza imponente. Conducimos por el sur de Arizona y Nuevo Mejico pasando controles internos de la policia fronteriza y cactus de autentico Western. Pronto llegabamos a un cartel al que debi haber sacado una fotor: Bienvenidos a Tejas, orgullos estado natal del Presidente George W Bush. Bill sonreia, estaba en casa.