Esta vez de no tan temprano, cogimos un autobus a Siem Reap y a los Ankor Wat. El camino nos ofrece llanuras de arrozales entre bosque y bosque de palmeras y algun que otro templo,todo adornado con vacas indues ( flacas y blancas) que se cruzan en la carretera, complicando aun mas si cabe el trafico. En el camino, la parada para comer nos permite apreciar nuevamente el despliege de bichos fritos, especialmente tarantulas, que los cambodianos degustan. Esta vez la anecdota no son las aranas fritas en si, sino el cubo que tenian debajo de la sarten. Un cubo lleno de lechuga y un centenar de tarantulas vivas y que termino con una espantida de Bernardo y las risas de los locales, cuando el "cocinero" y dependiente, saco una muestra del mencionado cubo. Lo curioso es que Gabriela permanecio impasiva. Las experiencias que llevamos con las aranas estan acabando con la aracnofobia de gabriela for el metodo de terapia de shock.
6 horas de viaje en el bus con un robo a una extranjera incluido y llegamos a Siem Reap. A la llegada, entre un calor insoportable y los millones de conductores de tuc tuc buscando hacer el dia,controlados a golpe de descargas electricas por un par de policias( eficaz el metodo, pero un tanto extremo) salimos del autobus y nos dirigimos al hotel.
La tarde la dedicamos a pasear por Sim Reap. No hay mucho que hacer. Visitar el mercado, algun templo, donde se puede ver el dia a dia de los budistas, o simplemente pasear. Aqui la presencia de ONG y organizaciones civiles es numerosa. Igualmente numerosa la requerida donacion de 100 dolares al dia por colaborar (De esto hay mucho que hablar, pero lo cierto es que cada vez que intentamos un acercamiento a este tipo de organizaciones,siempre nos llevamos una muy mala impresion. Un farsa)
De cenar degustamos uno de los platos tipicos, AMOK. Un pollo o carne o pescado cocinado a la cazuela con leche de coco, limon y especies. Muy rico. Un cerveza y a la cama a dormir.
A las 5,30 nos tomamos el tuc tuc que nos llevaria a Ankor Wat a unos 15 km de Siem Reap. Aun de noche llegamos a Ankor Wat. Con los ojos casi pegados y rociados por el DEET de 50% por la paranoia de la malaria( no tomamos pastillas). Y alli estabamos, contemplando el espectacular amanecer que nos proporcionaba los ankors wat. A la salida, un par de ninas de 5 anos intentando vendernos postales nos demuestran sus cococimientos linguistico en frances, ingles, espanol e italiano (espectacular).
Nuevamente en Ankor Wat conocimos a un par de monjes budistas, con los que mantuvimos una agradable conversacion. Eran jefes de estudios de una escuela budista en un templo a las afueras Siem Reap. La charla acabo con la invitacion de ir a ver las clases, y que incluso Gabriela tendria la posibilidad de impartir unas clases de ingles a los ninos. Desafortunadamente era sabado a la tarde y la escuela no habria hasta el lunes, dia en el que nos tomabamos el vuelo a Kuala Lumpur. Asi que la oportunidad se quedo en nada.Una pena.
Lo demas las fotografcas lo muestran. Nuestro amigo el conductor del tuc tuc llamdo Joint(porro en ingles)nos paseo por los numerosos templo de la zona.
Algunos dicen que hay que dedicarle una semana al menos a los Ankors. Nosotros le dedicamos un dia, y la verdad es que da mas que de sobra. Al 5 templo uno esta repodrido de ver mas ruinas y lo unico que desea es sentarse a descansar.