Después de 12
horas de vuelo aterrizo en Kuala Lumpur donde tengo una escala de 4 horas. Solo
salir del avión siento de nuevo el olor de comida asiática y el calor increíble
(no es para menos con mi jersey de lana de cuello alto) que me recuerda que ya
estoy a medio camino. Se acabó el frío!!!!
Llevar el
portátil es una buena manera de que la espera entre vuelo y vuelo se acorte
mucho. Me conecto a la red wifi del aeropuerto y abro el correo electrónico y
skype, donde hago unas cuantas llamadas a casa y a algún que otro amigo. Esto
de la tecnología hace que estés en la otra parte del mundo pero en el fondo es
como si estuvieras a la vuelta de la esquina…
La verdad que
con la charla se me han pasado dos horas volando, así que cierro el ordenador y
me voy a buscar una sala Priority Club para pegarme una ducha porque no sé si
es porque he dormido tanto o qué, que estoy súper atontada. Efectivamente, dejo
mis trastos y por 25 malaysian rigings (5,5€) estoy como nueva y como recién
salida de casa, toda duchada, ropa limpia y lista para el siguiente vuelo. Voy
a llegar allí como si nada, lista como no, para el fin de semana que me
espera….
Antes pero me
he pasado por el Duty Free a comprar unas botellas de vino español porqué era
la única manera que tenía si quería entrar algo español en Australia. Allí la
aduana es muy pero que muy estricta con todo lo que llevas y si viajas a Australia la única forma que tienes es
comprar lo que quieres entrar en la última escala antes de tu destino final. Te
lo ponen todo con los papeles para que lo puedas entrar y no tengas que tirarlo
(espero que sea cierto sino mi cara tirando las botellas de vino no va a ser
muy agradable que digamos…) Si es comida olvidaros, no dejan nada de nada, sino
ya hubiera traído el jamón español que todos se mueren por comer!!!
Buscando vinos
he encontrado un Penedés en Kuala Lumpur, pero a qué precio!!! Un Torres del
2001 a 450RMS que son ni nada más ni nada menos que 93€ por botella. Ole!!!!
Incluso había un vino de la Conca de Barberá, de Sarral, del lado de mi
pueblo!!! Jajajaa Casi me muero cuando lo he visto, y cuando he visto el precio
que pedían… ni os cuento!! Al final, he encontrado otro Torres a medio camino
de precio, pero nada… ninguna ganga!! Conclusión: Hay que dedicarse a importar
vino o dos, comprar el vino antes, pero con todas las restricciones de los
aeropuertos imposible porqué ya me lo hubieran hecho tirar. Así que nada, Mark,
mi amigo de Londres es el que tuvo más suerte porqué se llevó las botellas de
Marqués de Riscal originarias de Barcelona!!! Veremos cómo sale el Torres
español comprado a precio de oro en KL. Como esté picado….