700 Km. y 12 días después de comenzar nuestra aventura en bicicleta por Canadá escribimos nuestra primera historia. Se que han sido demasiados días sin dar señales de vida pero no hemos tenido demasiado tiempo ni oportunidades de conectarnos a Internet.
No sabría por donde empezar porque son muchas las cosas que nos han pasado en poco menos de dos semanas, pero en resumiendo habría que decir que esta será una de esas experiencias que contemos a nuestros hijos, y que nunca olvidaremos.
Llegamos a Toronto el jueves 15 de julio por la noche debido a un retraso de 4 horas en el despegue desde el aeropuerto de Lisboa. Desde el aeropuerto de Toronto nos fuimos directos para el hostal (Global Village Backpackers) donde nos dejaron guardar las bicicletas en el sótano. Pese a que el sitio era bastante chulo, las instalaciones dejaban mucho que desear: un calor y humedad sofocantes en las habitaciones y la limpieza en general brillaba por su ausencia. Pero bueno, al menos tuvimos donde pasar esa primera noche.
A la mañana siguiente madrugamos porque había mucho por hacer, básicamente debíamos planificar todo nuestro viaje. Nuestra idea era iniciar la ruta desde un parque natural a 350 Km. al norte de Toronto (Algonquin Provincial Park), para lo cual debíamos montarnos en un tren o autobús que nos llevase hasta allí. Para nuestra sorpresa, ni trenes ni autobuses permitían montar las bicis como equipaje y solo nos daban como opción enviarlas por una empresa de mensajería. Al final, gracias a la inestimable ayuda, mapas y documentación que nos dieron en la oficina de turismo de la provincia de Ontario (frente a la Estación de Autobuses), nos armamos de valor y decidimos iniciar el camino desde el mismo Toronto hacia Quebec ciudad atravesando los parques provinciales y nacionales de la provincia de Quebec. La idea daba miedo al principio, solo salir de una ciudad de 4 millones de habitantes impone, pero los mapas de rutas ciclistas de Ontario nos han ayudado mucho.
Y bueno, pedaleando y pedaleando, dejando atrás paisajes, gente y experiencias increíbles hemos llegado a Maniwaki, provincia de Quebec. El itinerario aproximado que hemos seguido es el siguiente:
Viernes 16 de julio (40km): Toronto - Rouge Park (Pickering)
Sábado 17 de julio (85km): Rouge Park (Pickering) – Port Britain
Domingo 18 de julio (80km): Port Britain – Asphodel Heritage Park (Hastings)
Lunes 19 de julio (58km): Asphodel Heritage Park (Hastings) – Brenda’s Fram (Stirling)
Martes 20 de julio (74km): Brenda’s Fram (Stirling) – Gary and Jeannie’s house (Kaladar)
Miércoles 21 de julio (85 km): Gary and Jeannie’s house (Kaladar) – Perth
Jueves 22 de julio (98 km): Perth – Ottawa
Viernes 23 de julio: dia de descanso. Dormimos en casa de Phil y Kaarine.
Sábado 24 de julio (50 km): Ottawa – Wakefield
Domingo 25 de julio (75km): Wakefield – Lac Blue Sea (Messines)
Este país es una pasada, esta vacío por completo, todo son bosques, lagos, rios, y de vez en cuando algún pueblecito o granja. En las grandes ciudades como Toronto u Ottawa o en las zonas muy turísticas si que hay aglomeraciones, pero el resto del viaje lo estamos haciendo prácticamente muy tranquilos, sin encontrarnos a gente.
Lo que mas nos esta sorprendiendo de Canada, son los canadienses, con su carácter abierto y hospitalario. Desde que hemos llegado a este país, todo el mundo nos ha abierto las puertas de su casa, jardines, granjas, parques para acampar, comer, usar el baño, etc. Todo el mundo se interesa por nuestro viaje, nos paran por la calle y carreteras. Todo el mundo quiere ayudar y hacer algo por nosotros. Se sorprenden de que estemos recorriendo su país en bicicleta y lo valoran enormemente. La verdad que estamos flipando de cómo se están portando con nosotros. Siempre tenemos la broma de que nuestras madres han contratado a alguien que nos esta cuidando, porque todo esta saliendo de maravilla.
Hace unos días dormimos en la granja de Brenda y su marido Tom. Era de noche ya y aun seguíamos pedaleando. De pronto vimos una luz encendida en la casa de una granja por la que pasábamos cerca de Stirling y decidimos llamar a la puerta. Nos abrió Brenda, una señora encantadora, muy cariñosa y con una energía increíble, que nos ofreció su pradera para acampar, después de una ducha y un chocolate caliente. Al día siguiente fuimos para Tweed, un pueblo no muy lejos de allí, donde ya tenían conocimiento de nuestra llegada porque Brenda había llamado al periódico local para que nos entrevistaran. Y así fue, nos entrevistaron y nos echaron una foto. Además Brenda llamo a otros amigos en Kaladar para que nos dejaran acampar en su parcela.
El viernes pasado en Ottawa conocimos a Phil por el carril bici, y nos ofreció acampar en el jardín de su casa. Pero como estaba lloviendo al final nos metieron en su casa, durmiendo en colchones de verdad. Que pasada!!! Se portaron muy bien con nosotros.
Esta siendo una experiencia increíble porque tenemos una sensación de libertada que no veas. Todo depende de nosotros mismo y de lo que nos apetece. Dormimos, comemos y nos bañamos en los lagos cuando y donde nos apetece. Si queremos tirarnos un día entero en casa de alguien hablando o jugando con sus hijos, pues lo hacemos. No tenemos horario y apenas sabemos el día de la semana en el que vivimos.
Y bueno, la verdad que me gustaría contar mas aventuras y anécdotas pero debemos continuar nuestro viaje. Os dejo unas fotillos para que podáis ver como transcurre la historia.
Besos y abrazos para todos, y esperamos seguir informando.
German, Rafa, Jose y Alberto.