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Drawing Room Blues

Capítulo 5: Bir çay, lütfen: Breathe in the air

TURKEY | Wednesday, 12 September 2012 | Views [781]

Mi llegada a la capital turca fue un poco confusa y atropellada. Creo que después de planear con lujo de detalles en la parte europea del viaje, sobre todo en lo que respectaba a hospedaje, finalmente me cansé un poco de tanta organización, y me fui bastante a lo random, aunque bueno, sí tenía a mano el número de un hostal en la ciudad. Una vez que llegué, luego de una agradable pero un poco enrededada experiencia en mi primera vez haciendo uso del muy eficiente sistema de buses turco, llamé al hostal para averiguar como llegar, y más o menos me explicaron cómo hacer. Fue necesaria una segunda llamada y que fueran por mí a la esquina, pero finalmente llegué, casi que justo a tiempo para echarme una birrita nada más e irme a dormir.

Ankara no era una ciudad que fuera así como uno de mis destinos principales. En realidad acá la idea era hacer un poco más llevadero hasta el destino principal, que era la región de Capadocia. Pero ya que estaba ahí, al día siguiente me fui después de desayunar a tratar de explorar la ciudad de la manera más rápida posible. Pude ir al monumento/tumba de Atatürk, el omnipresente fundador de la Turquía moderna, y una figura que sigue siendo incuestionablemente una parte muy importante de la identidad del país. Aunque es un poco chocante de primera entrada ver el grado al que llega el culto de personalidad de Atatürk, pues la verdad creo que resulta es su gran mayoría benévolo, y supongo que ayuda de cierta manera a que la gente se siente orgullosa de su país y su(s) fundador(es). Luego de esta visita, mi idea era ir a al Museo de Civilizaciones Anatólicas, pero como suele sucederme, por tratar de ahorrar en taxis o transporte público, terminé perdiéndome y perdí una cantidad considerable de tiempo. Finalmente me di por vencido y me fui en taxi al museo, donde hice una visita bastante rápida, para luego ir a explorar un poco la parte más antigua de Ankara, que llaman citadel, y tomar algunas fotografías de la vista de la ciudad. Apresurado, volví al hostal por mi bulto y me fui volado a la otogar, donde compré el primer boleto que pude hacia Göreme, uno de los pueblos más turísticos de la región de Capadocia. Acá cabe destacar una anécdota bastante graciosa que me sucedió cuando traté de comprar un SIM prepago turco, pues el que tenía, que había comprado en Francia hacía un par de semanas, ya se iba quedando sin fondos (cabe destacar también que en Turquía estas estaciones de buses son como malls, hay cafés internet, restaurantes, tiendas, barberos... casi que de todo, y hay muchas cosas abiertas aún en la madrugada). Al llegar a donde el tipo que vendía los SIMs, medio le pregunté en turco si hablaba inglés y su respuesta fue negativa. No obstante, no se dio por vencido y a punta de señas, de papeles, y de escribir, me fue explicando las opciones que tenía para comprar. Yo ahí también me iba comunicando entre señas, escribir, apuntar, y el mínimo turco que conocía (al final aprendí un poquitito más, tampoco como que digan, qué bruto, qué bárbaro, cómo habla turco, pero bueno), y asombrosamente, fuimos capaces de concretar la transacción y posteriores pasos de instalación para que todo quedara funcionando perfectamente, incluso con llamadas internacionales. Luego de esta pequeña proeza, me monté en el bus, y fui llegando a Capadocia al filo de la medianoche.

Para esta estadía, también medio decidí improvisar, pero por bruto, a la hora llegada, no supe marcar bien el número del hotel/hostal donde pensaba quedarme, y llegué a la medianoche a un pueblo relativamente pequeño, en Ramadán, donde el fuerte turístico tampoco es precisamente la vida nocturna. Alguna gente en la parada de buses ofreció ayudarme, pero sospeché un poco de sus motivos, y decidí caminar un rato a ver si encontraba un lugar decente donde quedarme. Luego de dar una vuelta y no ver nada que me llamara la atención, decidí entrar a una oficina de información turística, donde rápidamente me consiguieron una habitación tipo hostal donde pagaba unos 12 euros la noche. Decidí tomarla como una solución rápida para ir a descansar, y cualquier cosa al día siguiente me cambiaba, sólo que no sabía que iba a tener un compañero de habitación que iba a roncar toda la noche, y nunca pude encontrar los putas tapones para los oídos que rebusqué entre mi bulto.

Como llegué tarde y de feria me costó dormir, pues me levanté un poco tarde al otro día. Fui a desayunar y rápidamente uno de los encargados del lugar me preguntó que qué planes tenía y que si me interesaban algunos tours. La verdad si me interesaba un tour, y sabía que la región es famosa por ser un muy buen lugar para hacer vuelos en globo, sólo que los precios me parecían prohibitivos para mi presupuesto. Cuando me ofrecieron un vuelo en globo, inicialmente dije que simplemente estaba fuera de mi presupuesto, pero no contaba con que los turcos son realmente buenos vendedores, y me hicieron una oferta que consideré muy buen (según lo que había leído del precio promedio de estos vuelos, en todo caso), y antes de que me diera cuenta había aceptado y hasta había pagado el bendito viaje en globo. El resto del día no hice gran cosa, me fui a pasear un poco por el centro del pueblo y luego básicamente esperé a que fuera la hora de un tour pequeño que había pagado. El tour estuvo bien para conocer un poco el singular paisaje de la región, realmente es un lugar con una geografía sumamente interesante. El único problema del tour es que el guía hablaba más que todo coreano, y el resto del grupo eran puras coreanas, entonces las traducciones al inglés para mí a veces como que se quedaban un poco cortas. Al menos el tour me sirvió para hacer un par de amigas coreanas con las hablé un rato, y con las que también luego fui a cenar en la noche.

Ahora bien, debo aclarar que, por varias razones, mi llegada a este lugar me dejó en un estado de ánimo algo... depre. Me reprimí un montón la manera poco organizada en la que llegué, dejé mi toalla botada en Ankara (por segunda vez, ¡perdón Eugenia!), de primera entrada no me gustó muchísimo el lugar donde me estaba quedando, y bueno, tenía algunas otras cosas en mi cabeza que me preocupaban. De repente sentí que el aspecto logístico del viaje me estaba quedando muy grande y que si seguía así algo malo me iba a pasar o qué sé yo. Tampoco ayudó el hecho de que en la noche otra vez había un cabrón que roncaba, y como tenía que levantarme muy temprano, tenía miedo de usar los tapones y quedarme dormido.

Afortunadamente el día siguiente fue un completo cambio. Ciertamente tuve que levantarme muy muy temprano para ir al paseo en globo, pero vaya que valió la pena. Es algo super turístico, me costó una cantidad no despreciable de dinero, puede ser muy cliché, pero vaya que valió la pena. Pocas cosas que han alegrado de una manera tan... simple, como ver ese montón de globos levantándose poco a poco, ver los patrones, los colores, el contraste con las locas figuras del lugar, los valles, las colinas, las chimeneas... apenas estaba amaneciendo, entonces la luz tenía un particular tono que iba muy bien con las escalas de colores del terreno. Uno se sentía como si fuera una burbuja de jabón, vagando sin un destino muy definido en el cielo, sobre ese lugar que parecía más una maqueta de algún loco estudiante de arquitectura que un lugar real sobre la faz de esta tierra. Tomé un montón de fotos, y aunque algunas me gustaron mucho, no creo haber captado con justicia la magia de ese corto paseo, que terminó con un brindis con champán a las 7 de la mañana.

Pero el día no terminó ahí. Volví al hostal y fui a dormir como por una hora y resto, pues a eso de las 9:30 iba a tomar otro tour que tomaría todo el día, y donde nos llevaron a conocer otros puntos bastante interesantes de la región, como una ciudad subterránea bastante grande e impresionante, y el llamado Valle Ilhara, donde hicimos un poco de hiking, que a mi juicio se quedó un poco corto, pero bueno, era sólo un tramo de unos 3.5km. Una de los últimos puntos del tour era una especie de monasterio donde con otro par de carajos que iban al tour nos fuimos a explorar y terminamos haciendo una especie de rock climbing algo imprudente, pero que valió la pena por la aventura y por la muy buena vista que logramos desde bastante arriba. No podría decir que el tour tuvo el mismo impacto que el vuelo en globo, pero tampoco estuvo mal y por dicha me olvidé un poco de las estupideces que me habían preocupado el día anterior. En ese tour, también hice varios amigos, con los que aproveché para ir por un par de cervecitas en la noche, y ya a la hora de dormir, esta vez sí pude contrarrestar los ronquidos con mis fiables tapones.

Para mi último día en la zona, decidí irme al Göreme Open Air Museum, que bueno, como lo dice su nombre, es un museo al aire libre, donde se pueden ver muchas de las cosas interesantes de la región, sobre todo más iglesias dentro de las formaciones rocosas, y bueno, algunas vistas bastante interesantes sobre acantilados y valles cercanos. Luego del recorrido y una corta aventura para tomar algunas fotos, me devolví al hostal para prepararme, pues me iba en un night bus que salía a eso de las 8:30 PM con rumbo a Trabzon, una ciudad hacia el noreste que sería el punto de partida de mi tour por el este de Turquía.

Hay algo sencillamente... hermoso de ver este montón de globos así.

Hay algo sencillamente... hermoso de ver este montón de globos así.

Tags: asia, capadocia, globos, turquía

 
 

 

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